martes, 30 de diciembre de 2008

Verdadero Líder


Ernest Gordon relata cómo captores japoneses obligaron a soldados escoceses a trabajar en la construcción de unas vías férreas que atravesaban la selva.
Las condiciones eran deplorables, y los guardias, brutales.
Un día faltó una pala. El oficial a cargo encolerizó y ordenó que la consiguieran, o los mataría a todos. Y empuñó su arma. Hablaba en serio. Luego de momentos de gran tensión, un hombre dió un paso al frente. El oficial dejó el arma, tomó una pala y lo golpeó hasta matarlo, frente a los demás prisioneros.
Cuando volvieron a contar las palas, descubrieron que estaban todas. Jamás había faltado: sencillamente, habían contado mal la primera vez.
El relato de lo ocurrido llegó con rapidez a todos prisioneros. Un inocente había dado su vida para que los demás se salvaran.
El incidente unió como nunca a los prisioneros. Y esa lealtad los fortaleció para sobrevivir hasta su posterior liberación.


Sin sacrificio no existe el verdadero liderazgo.


Fuente: El libro devocionario de Dios para Líderes, Editorial Unilit.

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