sábado, 31 de enero de 2009

Las Tazas y el Café

Un grupo de ex estudiantes, ya avanzados en sus carreras, fue a visitar a un muy querido profesor de la Universidad.
La conversación se centró en quejas sobre el estrés del trabajo y la vida.
Al ofrecerles café a sus visitas, el profesor fue a la cocina, y regresó con un termo y una gran variedad de tazas: de porcelana, plástico, vidrio, cristal, algunas comunes, algunas caras, algunas exquisitas - y les pidió que se sirvieran el café caliente.
Cuando todos tenían su taza en la mano, dijo:
-Se han fijado: todas las tazas bonitas y caras han sido tomadas, dejando atrás las comunes y baratas.
Es normal que quieran sólo lo mejor para ustedes, pero ese es el origen del estrés.
Lo que en realidad querían era el café, no la taza; pero conscientemente tomaron las mejores tazas y las estuvieron comparando con las tazas de los demás.
-Fíjense bien –prosiguió-:
La Vida es el café, pero sus trabajos, el dinero y la posición social son las tazas.
Las tazas son sólo herramientas para sostener y contener Vida, pero la calidad de la Vida no cambia.
A veces –concluyó-, al concentrarnos sólo en la taza, dejamos de disfrutar el café que hay en ella.

No dejes que la taza te guíe… Goza el café.

viernes, 30 de enero de 2009

Ricos - Pobres, Pobres - Ricos


Cierta vez, un padre de familia acaudalada, llevó a su hijo
de viaje por el campo, con el propósito de que viera cuan pobre era la gente de zonas rurales.
Estuvierone un día y una noche completa
en la granja de una familia muy humilde.
De regreso a casa, el padre preguntó
:
-¿Qué te pareció el viaje?


El hijo respondió:
-¡Muy bonito, Papá!

-¿Viste cuán pobre puede ser la gente?
-¡Si!

-Y… ¿que aprendiste?
-Ví que nosotros tenemos sólo un perro en casa, ellos tienen cuatro. Tenemos una piscina que llega de la pared
a la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. El patio llega hasta la pared de la casa del vecino, ellos tienen todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y estar en familia; tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo, y casi nunca los veo.

Al terminar el relato, el padre quedó mudo....

Su hijo agregó: Gracias, Papá por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser!!!


jueves, 29 de enero de 2009

Palabras de Un Genio

Homenaje a CHARLES SPENCER CHAPLIN

¡Hey, hey, sonríe!
mas no te escondas detrás de esa sonrisa...
Muestra aquello que eres, sin miedo.
Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo.
¡Vive! ¡Intenta!
La vida no pasa de una tentativa.
¡Ama!
Ama por encima de todo, ama a todo y a todos.
No cierres los ojos a la suciedad del mundo, no ignores el hambre!
Olvida la bomba, pero antes haz algo para combatirla, aunque no te sientas capaz.
¡Busca!
Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
No hagas de los defectos una distancia, y si, una aproximación.

¡Acepta!
La vida, las personas,
haz de ellas tu razón de vivir.
¡Entiende!
Entiende a las personas que piensan diferente a ti, no las repruebes.
¡Eh! Mira...
Mira a tu espalda, cuantos amigos...
¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?
¡Eh! No corras...
¿Para qué tanta prisa? Corre apenas dentro tuyo.
¡Sueña!
Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga.
¡Cree! ¡Espera!
Siempre habrá una salida, siempre brillará una estrella.
¡Llora! ¡Lucha!
Haz aquello que te gusta, siente lo que hay dentro de ti.
Oye...
Escucha lo que las otras personas tienen que decir,
es importante.
Sube...
Haz de los obstáculos escalones para aquello que quieres alcanzar.
Mas no te olvides de aquellos que no consiguieron subir en la escalera de la vida.
¡Descubre!
Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
Procura por encima de todo ser gente,
...yo también voy a intentar.
¡Hey! Tú...
ahora ve en paz.
Yo preciso decirte que... TE AMO,
simplemente porque existes.


Charles Chaplin

miércoles, 28 de enero de 2009

La Diferencia Que Hace la Diferencia

Los deseos primarios de toda persona son: ganar más dinero, progresar y ser felices.
Una forma efectiva de lograr estos anhelos es siendo ricos.
Así como hay personas pobres y personas ricas hay países pobres y países ricos.

La diferencia entre los países pobres y los ricos no es la antigüedad del país. Queda demostrado en países como India y Egipto, que tienen miles de años de antigüedad y son pobres.
En cambio, Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150 años eran casi desconocidos, son, hoy, países desarrollados y ricos.
La diferencia entre países pobres y ricos tampoco está en los recursos naturales con los que cuentan, como es el caso de Japón, que tiene un territorio muy pequeño y el 80% es montañoso y no apto para la agricultura y ganadería; y sin embargo es la segunda potencia económica mundial, y es como una inmensa fábrica flotante que recibe materiales de todo el mundo y los exporta transformados, también a todo el mundo, logrando riqueza.
Por otro lado, tenemos a Suiza, sin océano, pero tiene una de las flotas navieras más grandes del mundo; carece de Cacao pero tiene el mejor Chocolate. En sus pocos kilómetros cuadrados, pastorea y cultiva sólo cuatro meses al año, ya que el resto es invierno, pero tiene los productos lácteos de mejor calidad de todo Europa. Al igual que Japón, tiene muy escasos recursos naturales, pero da y exporta servicios, con calidad muy difícilmente superable. Es un país pequeño que ha vendido una imagen de seguridad, orden y trabajo, que lo han convertido en la caja fuerte del Mundo.

Tampoco la inteligencia de las personas es la diferencia, como lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y logran resultados excelentes en su educación, otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fabricas y al hablar con ellos nos damos cuenta de que no hay diferencia intelectual.
Y tampoco es la Raza la que marca la diferencia pues en los países Centro-Europeos o Nórdicos, vemos como los llamados vagos del Sur demuestran ser la fuerza productiva de estos países.
Los mismos latinoamericanos que emigran a los Estados Unidos y se CONVIERTEN en otros seres productivos, trabajan 12-14 horas diarias, tiran la basura en su lugar, estacionan donde deben, etc.
No así en sus propios países, donde jamás se sometieron a las reglas básicas, que hacen
grande a un país .
La ACTITUD de las personas SÍ es la diferencia: al estudiar la conducta de los habitantes en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población obedece las siguientes reglas; y acuérdense que el orden podría ser discutido sanamente:

1. La Moral como principio básico
2. El Orden y la Limpieza
3. La Honradez
4. La Puntualidad
5. La Responsabilidad
6. El Deseo de superación
7. EL Respeto a la ley y los reglamentos
8. El Respeto por el derecho de los demás
9. Su Amor al trabajo
10. Su Afán por el ahorro y la inversión
¿Necesitamos mas Leyes?
¿No sería suficiente con cumplir y hacer cumplir estas 10 simples Reglas?.

No somos pobres porque nos falten recursos naturales, o porque la Naturaleza haya sido cruel con nosotros, simplemente nos falta carácter para cumplir estas premisas básicas de funcionamiento de las sociedades.

martes, 27 de enero de 2009

La Vaquita

El Maestro paseaba con su discípulo, cuando vió un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una visita al lugar.
Durante la caminata comentó al aprendiz sobre la importancia de conocer personas, y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias.
Llegados al lugar, vieron la pobreza encarnada; sus habitantes: una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado.
Entonces se aproximó al hombre, y comentó:

-En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?
La respuesta fue:
-Amigo: tenemos una vaquita que nos da algo de leche todos los días.
Una parte la vendemos o cambiamos por otros alimentos en la ciudad, y con la otra, producimos queso o cuajada, para nuestro consumo y así vamos sobreviviendo...

El sabio agradeció la información, contempló el lugar y luego se despidió. Ya en camino, volteó hacia su discípulo y le ordenó:
-Busca la vaquita, llévala al precipicio y empújala al barranco.
El joven, espantado, cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia.
Mas, como percibió el silencio del maestro, fue a cumplir la orden.
Así, empujó a la vaquita por el precipicio, y la vió morir.

Aquello quedó grabado en la memoria del jóven durante años.
Un día, el joven, agobiado por la culpa, resolvió abandonar todo aprendido, regresar a aquel lugar, y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
A
sí lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.
Se sintió triste imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y, llegando allá, fue recibido por un hombre muy agradable.
El jóven preguntó por la familia que vivía allí hacía unos cuatro años, y el señor respondió que seguían viviendo allí.
El jóven entró corriendo a la casa, y confirmó que era la misma familia que visitó años atrás con el maestro.

Elogió el lugar y preguntó al antiguo dueño de la vaquita :
-¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?

El hombre, entusiasmado, respondió:
-Teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.


Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia, que convive con la rutina, y nos hace dependientes de ella, y nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos brinda.
Tú sabes cuál es tu vaquita, no dudes un segundo para empujarla por el precipicio. ¡Llegó el momento de pasar a la acción y salir de la rutina cuanto antes!

lunes, 26 de enero de 2009

El Agua

Era uno de los días más sofocantes de un verano muy seco y caluroso.
No había llovido en varios meses, las cosechas se perdían, las vacas habían empezado a dar menos leche y hasta los riachuelos estaban secos hacía tiempo.
Aquella sequía podía llevar a la ruina a más de un agricultor. A diario mi marido y sus hermanos realizaban la ardua tarea de llevar agua a los campos para poder regar y eso suponía llevar un camión hasta la planta distribuidora para llenarlo del preciado líquido y luego llevarlo a los campos.
Pero debido al racionamiento que habían impuesto, el suministro de agua era mucho menor. Si no llovía pronto, podíamos perderlo todo. Pero justamente aquel día aprendí una valiosa lección de generosidad y presencié un milagro con mis propios ojos.
Estaba en la cocina preparando el almuerzo, cuando vi a mi hijo Pedrito de seis años caminar hacia el bosque. No lo hacía como de costumbre, con la naturalidad y despreocupación propia de un niño.
Se le notaba algo raro, era evidente que caminaba con una gran dificultad.
Al poco rato de haberse internado en el bosque, volvió corriendo a casa.
Pero lo más curioso es que repitió esa operación durante varias horas, se dirigía hacia el bosque, entraba en él y de pronto volvía corriendo a casa. No pude resistir más y con mucho sigilo lo seguí. Tuve mucho cuidado para que no me viera, quería saber que era eso que estaba haciendo, que parecía tan importante para él.
Observé que iba con las manos ahuecadas llenas de agua y que ponía un gran empeño en no derramar el valioso tesoro que llevaba en ellas. Cuando llegó al interior del bosque, me acerqué y pude ver que como tenía las manos ocupadas, las ramas le azotaban el rostro y no podía evitarlo, pero seguía adelante con determinación seguro de que tenía que cumplir una misión muy importante.
Cuando me di cuenta de lo que sucedía me quedé sorprendida. Varios venados corpulentos se alzaban ante Pedrito, y él, se dirigía hacia ellos sin inmutarse. De pronto se arrodilló y le dio de beber a un cervatillo que estaba en el suelo, deshidratado y agotado por el calor. Cuando se terminaba el agua, Pedrito volvía a la casa para llenar gota a gota su improvisada taza y volver al bosque para dar de beber al cervatillo. Entonces me acordé del sermón que le habíamos dado sobre la importancia de no desperdiciar el agua. Quizás por eso no me pidió que le ayudara aunque al hacerlo con sus manos y regresar le tomaba casi veinte minutos.
Cuando se dispuso a regresar al bosque, se encontró conmigo. Se asustó y se le llenaron los ojos de lágrimas mientras decía: -"Mamá no estoy desperdiciando el agua" Nunca olvidaré su cara de alegría cuando lo acompañé con un recipiente lleno de agua, parecía la persona más feliz del mundo. Al llegar, me mantuve apartada y dejé que él atendiera al cervatillo.
No podía entender cómo una persona tan pequeña podía tener un corazón tan grande y tierno. Me emocioné tanto al contemplar esa escena, que sin quererlo me puse a llorar, pero de repente, parecía que Dios estaba tan emocionado como yo, porque empezaron a caer gotas del cielo. Algunos dirán que fue una coincidencia, que no hay milagros, que iba a llover de un momento a otro. No lo voy a contradecir, ni siquiera lo voy a intentar.
Pero lo que sí puedo afirmar es que la lluvia que llegó aquel día salvó nuestra finca y la de nuestros vecinos, del mismo modo que Pedrito salvó la vida del cervatillo.

Tomado de: Reflexiones Para el Alma

domingo, 25 de enero de 2009

Las Perlas


Jenny era una linda niña de cinco años de ojos relucientes.
Un día, mientras
visitaban la tienda con su mamá, Jenny vió un collar de perlas de plástico que costaba 2.50 dólares. ¡Cuánto deseaba poseerlo!
Preguntó a su mamá si se lo compraría, y ésta le respondió:
Hagamos un trato, te compraré el collar, y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagarlo.
Y no olvides que para tu cumpleaños es muy posible que tu abuelita te regale un billete de un dólar enterito, ¿Está bien...?
Jenny estuvo de acuerdo, y su mamá le compró el collar de perlas.
Jenny trabajó con tesón todos los días para cumplir con sus tareas, y tal como su mamá le mencionara, su abuelita le regaló un billete nuevo de un dólar para su cumpleaños. En poco tiempo Jenny canceló su deuda.
¡Jenny amaba sus perlas! Las llevaba puestas a todas partes: En la escuela, en la cama, y cuando salía con su mamá a hacer los mandados.
El único momento en que no las usaba era cuando se bañaba, pues su mamá le había dicho que las perlas con el agua le pintarían el cuello de verde...

Jenny tenía a su padre, que la quería muchísimo.
Cuando iba a la cama, él se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido. Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo:
-Jenny, ¿tú me quieres?
-Oh si papá, ¡tú sabes que te quiero!.
-Entonces, regálame tus perlas.
-Oh, papá ¡Mis perlas no! Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita. ¿La recuerdas?, tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños.
Y te doy su ajuar también, ¿está bien papá?
-No hijita, está bien, no importa (dándole un beso en la mejilla).
Buenas noches pequeña.
Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el diario cuento "¿Jenny, tú me quieres?"...
-¡Oh, sí papá, tú sabes que te quiero!.
-Entonces regálame tus perlas.
-¡Oh, papá! ¡No mis perlas!, pero te doy a Lazos, mi caballo
de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él y hacerle trencitas.
Puedes tenerlo si quieres papá.
-Oh no hijita, está bien... (Dándole nuevamente un beso en la mejilla) Dios te bendiga, felices sueños.
Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró a su dormitorio para leerle un cuento, Jenny estaba sentada en su cama y le temblaban los labios:
-Toma papá, dijo, y estiró su mano. La abrió y en su interior estaba su tan querido collar,
el cual entregó a su padre.
Con una mano él tomó las perlas de plástico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul.
Dentro de la cajita había unas hermosas perlas genuinas.
El las había tenido todo este tiempo, esperando que Jenny renunciara a la baratija para poder darle la pieza de valor...

Y así es también con nuestro Padre Celestial. Él está esperando a que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos preciosos tesoros.
¿No es bueno el Señor?

Esto me recuerda a las cosas a las cuales me aferro, y me pregunto:
¿Qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?


Autor: desconocido

"El Reino de los cielos se parece a un hombre que buscaba perlas finas; y, al encontrar una de gran valor, fue, vendió todas sus pertenencias, y la compró."


Mateo 13:45

sábado, 24 de enero de 2009

Para Pensarlo...


Hoy tenemos edificios más altos y autopistas más anchas, pero temperamentos más cortos y puntos de vista más estrechos.
Gastamos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más conocimientos, pero menos criterio.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores.

Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral...
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría...
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.

Son tiempo de casas más lindas, pero más hogares rotos.
Por todo esto, no guardes nada "Para una ocasión especial", porque cada día que vivas es una ocasión especial.
Busca a Dios, aprende a conocerle, lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos, come tu comida preferida, visita los sitios que amas.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para sobrevivirla.
Usa tus copas de cristal, también tu mejor perfume, cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "Uno de estos días", "Algún día", quítalas de tu vocabulario.

Escribe aquella carta que pensabas escribir, "Uno de estos días".
Dí hoy a tus familiares y amigos, cuanto los quieres.

Por eso, no retardes nada que agregaría risa y alegría a tu vida.
Cada día, hora, y minuto son especiales...

y no sabes si no es el último...


Autor: Desconocido

viernes, 23 de enero de 2009

El Río y Yo

He estado junto al río.
He visto correr sus aguas sin cesar.
Sus aguas transparentes, rumorosas y frescas son vida.

He querido atrapar, detener esas aguas cristalinas y vivificadoras.
Hubiera querido paralizarlas para disfrutar sumergiéndome en ellas sin permitirles fluir ni cambiar.

Pero el río es río. Y el río es fluir.
Su naturaleza es el correr de las aguas siempre idénticas y siempre cambiantes.
Como la vida misma. Me he sentido uno con el río.
Y he sentido que toda mi existencia es un cambio continuo y sin fin.
Y me he remontado al origen del río, a la fuente.
Y he comprendido que soy río que fluye, pero también fuente que brota.
He comprendido que lo que fluye es mi existencia temporal, que no puedo detener.
Pero ascendiendo llego a mi fuente. Y siento ser plenitud en la fuente.
Hay que dejar que el río sea río. Lo que tiene que correr, cambiar y fluir debe seguir su curso.
Pero las formas infinitamente variadas del río a través de su cauce tienen un origen quieto, fecundo, copioso e inagotable.
Yo soy el río en el devenir de mi existencia temporal. No puedo detener las leyes de su desarrollo, evolución y cambio.
Mis formas, como las del cauce del río, no puedo detenerlas.
He de sumergirme en las formas cambiantes del río y saber que soy río.
Pero también soy fuente, manantial copioso y vivificante.
No hay río sin fuente. Me siento feliz cuando me doy cuenta de que soy la fuente de mi río.


D. Lostado

jueves, 22 de enero de 2009

Aprenderás

Después de algún tiempo, aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma; aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas.... Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto, y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno del mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo, aprenderás que el sol quema si te expones demasiado.
Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
Aprenderás que
las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no
importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a
las personas que más te importan, y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.
Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve...
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en tí de lo que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes, y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la

esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel.
Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo...
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a tí mismo.

Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas, también serás juzgado, y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.

Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces, y sólo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía mas.
Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!!!


William Shakespeare

miércoles, 21 de enero de 2009

Muerte Lenta


Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,

repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca, no arriesga vestir un
color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión,
quien
prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las
"íes"
a un remolino de emociones,
justamente las que
rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los
bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.


Muere lentamente quien no voltea la mesa
cuando está
infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto
por
lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite
por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.


Muere lentamente quien no viaja, quien no lee,
quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente, quien pasa los días
quejándose de
su mala suerte
o de la lluvia incesante.


Muere lentamente,
quien abandona un proyectoantes
de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce

o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando
siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor

que el simple hecho de respirar.

Solamente la ardiente paciencia hará
que conquistemos una espléndida felicidad.


Pablo Neruda.

martes, 20 de enero de 2009

Cuatro Estaciones

Un hombre tenía cuatro hijos. Procuraba que aprendieran a no juzgar tan rápidamente; entonces los envió a cada uno por turnos a ver un árbol a gran distancia.
El primer hijo fue en Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el más joven en el Otoño.
Cuando todos hubieron ido, los llamó y les pidió que describieran lo visto.

El primero mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.
El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes, y lleno de promesas.
El tercero opinó distinto; dijo que estaba repleto de flores, que tenía aroma muy dulce y se veía hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.
El último estuvo en desacuerdo con todos ellos; dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.
Entonces el hombre explicó a sus hijos que todos estaban en lo cierto, porque sólo habían visto una estación en la vida del árbol.
Les dijo que jamás deben de juzgar a un árbol, o a una persona, viendo
sólo una de sus temporadas; y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida pueden ser medidos sólo al final, cuando todas las estaciones han concluído.

Si te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño. Nunca permitas que el dolor de alguna estación destruya la dicha de las otras. Persevera durante las dificultades y malas rachas. Mejores tiempos seguramente están llegando.


lunes, 19 de enero de 2009

Los Dos Sacos


Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaba dos sacos, sujetos a sus cuellos: uno al frente y el otro a sus espaldas.
Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, él dijo:
-"Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado." El de adelante contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas.
Como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lograba avanzar muy poco.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, este respondió:
- "En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores. Los llevo consigo a dondequiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos."

Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó:
-"El saco que llevo al frente, está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco -lejos de ser una carga- me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo que de malo escuché de los demás, así como todo lo
que de malo a veces pienso de mí mismo.
Esas cosas se fueron saliendo por el agujero, y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto."


Autor: Desconocido
Tomado de En Buenas Manos

domingo, 18 de enero de 2009

El Arca de Noé


1.- Es importante ser puntual a la cita y no llegar después de la hora fijada para la salida.

2.- Recuerda que todos somos diferentes, pero estamos en el mismo barco.

3.- Planea a futuro. No estaba lloviendo cuando Noé comenzó a construir el Arca.

4.- Nunca te sientas Viejo a pesar de que alguien diga que tu tiempo ya pasó. Y que a tu edad ya no vas a hacer nada grande que valga la pena ¡solamente porque tienes 600 años!

5.- No hagas mucho caso a los criticones: continúa con el trabajo que Dios te ha encomendado.

6.- En todo lo que hagas y construyas, procura hacerlo con alta calidad a pesar de que no seas profesional.

7.- Al buscar compañía para tu viaje en la vida, busca a quien verdaderamente sea afín a ti, polos opuestos pueden atraerse, pero no van a lograr mucho. Es necesario encontrar una pareja que tenga tu misma espiritualidad, para que juntos se animen a seguir caminando para poder llegar al Arca.

8.- Si sientes que tu progreso espiritual es lento, no desesperes, más que rapidez, Dios quiere perseverancia. Las tortugas estaban a bordo junto con los caballos, los linces y otros animales veloces.

9.- Aunque al principio te sientas solo y recibas burlas, a la larga tiene su recompensa el tratar de vivir la palabra de Dios.

10.- No desprecies los esfuerzos que hacen los sencillos por lograr algo. Recuerda: el Arca fue construída por amateurs, en tanto, el Titanic fue construído por profesionales.

11.- Dios nos ama a todos y quiere que todos se salven, pero solamente se salvará aquel que haga la voluntad de Dios.

12.- Dios solamente mandó construir un Arca y los que lo amamos debemos construir esa Arca, no andar cada quien construyendo la suya porque no nos guste algo que nos diga Noé.

13.- No importa cómo sea la tormenta en la que estás, si permaneces con Dios, siempre habrá para ti un "Arco Iris" esperándote.

sábado, 17 de enero de 2009

Extraña Asamblea


En una carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea solicitó que renunciara. ¿La causa? Hacía demasiado ruido, y además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, pues había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato, y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que también fuera expulsado el metro, que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En ese momento entró el carpintero y se puso el delantal e inició el trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo, finalmente la tosca madera se convirtió en un fino y hermoso mueble. Cuando se fue y la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó su deliberación.
Fue entonces que tomó la palabra el serruch, y dijo:
- Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, ¡y muchos!, pero el carpintero, ¡trabaja con nuestras cualidades!
Eso es lo que nos hace valiosos. Así que concentrémonos sólo en la utilidad de nuestros puntos buenos. En una segunda sesión, la asamblea encontró que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba consistencia, la lija era especial para pulir y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces orgullosos de sus diferencias y facultades y decidieron trabajar juntos.

Cuando en un grupo, las personas se reúnen para buscar los defectos de los demás, la situación se vuelve tensa y negativa.
Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo.
Pero encontrar cualidades, es una facultad solamente de los espíritus superiores que son capaces de inspirar y proyectar todos los éxitos humanos.


Tomado de Reflexiones Diarias

viernes, 16 de enero de 2009

El Amigo

De "El Profeta"

Y un joven dijo: "Háblanos de la Amistad".
Y él respondió, diciendo: Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades.
Es vuestro campo, que sembráis con amor y cosecháis con gratitud.
Y es Vuestra mesa, y el fuego de vuestro hogar.
Porque acudís a él para saciar vuestra hambre y lo buscáis en procura de paz.
Cuando vuestro amigo revela su pensamiento, no teméis el "no" en vuestra propia mente, ni retenéis el "sí".
Y cuando él guarda silencio vuestro corazón no cesa de escuchar a su corazón.

Porque en la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las expectativas, nacen sin palabras y son compartidos con callado gozo.
Cuando os separáis de vuestro amigo, lo hacéis sin aflicción; Porque lo que más amáis en él puede ser más diáfano aún en su ausencia, como para el alpinista la montaña aparece más despejada desde la llanura.

Y dejad que en la amistad no exista otro propósito que el de profundizar el espíritu.
Porque el amor que busca otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio, no es amor sino una red tendida, y solamente lo inútil es pescado.
Y procurad que lo mejor de vosotros sea para vuestro amigo.
Si debe conocer vuestra bajamar, dejadlo conocer también vuestra pleamar.

Porque ¿qué amigo es aquel que tuvierais que buscar para matar las horas?
Buscadlo con horas para vivir.
Porque es misión suya llenar vuestra necesidad, pero no vuestra vaciedad.
Y que en la dulzura de la amistad haya lugar para la risa y para los placeres compartidos.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su mañana y toma su frescura.



Khalil Gibrán




jueves, 15 de enero de 2009

Leyenda Árabe

Cuenta una leyenda que dos amigos caminaban por el desierto, en determinado punto del viaje discutieron, y uno le dió una bofeteada al otro; quien, ofendido, escribió en la arena:

HOY MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, y fue salvado por el amigo.
Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en la piedra:

HOY MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA

Intrigado, el amigo preguntó:
-¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena; y ahora escribes en una piedra ? Sonriendo, el otro amigo respondió:
-Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargan de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando ocurre algo grandioso, debemos grabarlo en piedra, donde
ningún viento podrá borrarlo.

miércoles, 14 de enero de 2009

Dar de Corazón


Hubo una vez un mendigo, que estaba tendido al lado de la calle.
Vió a lo lejos venir al Rey, con su Corona y Capa.
Pensó: Le voy a pedir, y seguramente me dará bastante.
Cuando el Rey pasó cerca, le dijo:
-Su Majestad, ¿Me podría, por favor, regalar una moneda?
Aunque en su interior pensaba que el Rey le iba a dar mucho más.

El Rey lo miró y le dijo:
-¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy tu Rey?.

El mendigo no sabía que responder a la pregunta, y dijo:
-Pero Su Majestad, ¡YO NO TENGO NADA!.

El Rey respondió:
-Algo debes de tener. ¡BUSCA!

Entre su asombro y enojo el mendigo buscó entre sus cosas, y supo que tenía una naranja, un pedazo de pan, y unos granos de arroz. Pensó que el pedazo de pan y la naranja eran mucho, así que sólo tomó 5 granos de arroz y se los dio al Rey.

Complacido, el Rey dijo:
-¡VES COMO SÍ TENIAS!. Y le regaló 5 Monedas de Oro: una por cada grano de arroz.

El Mendigo dijo entonces:
-Su Majestad, creo que acá tengo otras cosas

Pero el rey no le hizo caso y dijo:
-Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo Yo dar.



Tomado de Reflexiones Diarias

martes, 13 de enero de 2009

El Poder de las Palabras


En cierta ocasión, el maestro se dirigía a un atento auditorio, platicando sobre el poder ilimitado de la palabra, y su influjo en nuestra vida y en la de los demás.De pronto, fue interrumpido por un hombre, que dijo airado:


-¡No engañe a la gente!
El poder está en las ideas, no en la palabra ¡Todos sabemos que a las palabras se las lleva el viento!¡Lo que usted dice no tiene ningún valor!

El maestro escucha con gran atención y, cuando termina, le grita con fuerza:

-¡Cállate, estúpido; siéntate, idiota !

Ante el asombro de la gente, el aludido se llena de furia, suelta varias imprecaciones, y, cuando estaba completamente fuera de si, el maestro alza la voz y dice:

-Perdone, caballero, lo he ofendido y le pido perdón. Acepte, por favor, mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo

La persona se calma y contesta:

-Lo entiendo... y también le presento mis excusas por mi conducta. Acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones.

El maestro sonrió y dijo:

-Perdone Usted que haya sido de esta manera, pero hemos comprobado del modo más claro, el gran poder de las palabras. Con pocas palabras lo exalté y con otras lo he calmado.

...Las palabras dejan huella,tienen poder e influyen positiva o negativamente; curan o hieren,animan o desmotivan, reconcilian o enfrentan, iluminan o ensombrecen, dan vida o muerte.
Con pocas palabras podemos alegrar a alguien o podemos llevarlo al desaliento y desespero.
¡Cuanta falta nos hacer tomar conciencia del tremendo poder las palabras!
Los griegos decían que la palabra era divina, y los filósofos elogiaban el silencio.
Cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras porque ellas marcan tu destino.
Eres sabio si sabes cuando hablar y cuando callar.
Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuanto estés airado y resentido, y habla sólo cuando estés en paz.
Las palabras encierran una energía creadora transformante.

Autor: desconocido

lunes, 12 de enero de 2009

Cuida a tu Pareja

A veces cuidamos más lo que tenemos seguro, que lo inseguro. Me explico. Siempre digo: no cuides tanto a tu familia, cuida a tu pareja y la gente se sorprende. ¿Pero cómo no voy a cuidar a mi familia? ¡Es mi familia!
A tu familia no la tienes que cuidar. Es tu familia, está segura, no se pierde. Ustedes han escuchado decir a alguien: “allí va mi ex hijo, allí va mi ex padre”? No, verdad? Pero han oído decir: “ahí va mi ex pareja”. Entre los padres, los hijos, los hermanos, los abuelos, los tíos, los primos … la familia es lo más seguro que se tiene, no hay ex. Ellos están allí y por muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo que tarden en escribirse están allí.
Usted no puede decir; “aquella señora que va pasando por allí fue mi madre por 25 años”. Su madre está allí, está segura. Les voy a decir otra cosa, de todos los amores; que es tender lazos, de todos los puentes, el amor más débil que existe es el de pareja.
En una pareja no hay consanguinidad. Por eso hay que darlo todo, para formarse algo. Tener una pareja es como cuidar una flor. Si una flor no se riega, se muere, y si se riega mucho, también. Hay que ser un artista para cuidar una flor. eL amor de padre,de madre y de hijo nadie los riega, pero está ahí.
Eso que llamamos amor eterno se da en papá, en mamá, en un hijo y en amigos; es decir, un amor sin condición. Pero el amor en una pareja es un amor diario, que tiene que cuidarse todos los días.
Tengo un hermano en Estados Unidos. Él se fue hace más de diez años y duramos ese tiempo sin comunicarnos. Nunca le llamé y puedo decirlo que hasta por descuido. Siempre sabía de él, por mi madre. Cuando regresó, lo fui a buscar al aeropuerto y al darnos el abrazo fue tan fuerte que lloramos de emoción. Allí estábamos fundidos en un abrazo expresándonos el cariño que sentimos.
Pero vete lejos de tu pareja diez años a ver que encuentras. Por eso el amor de pareja es amor de todos los días. Yo puedo hablar con mis padres cada semana, una vez al mes… Pero si tuviera pareja, la llamaría a cada momento. Y no es que sea bueno o no. Es que el amor es así.
Comparo el amor de aquellas parejas que por alguna circunstancia del destino tienen un hijo discapacitado. No es que no quieran a los otros hijos, ellos están seguros. Pero de aquel hijo tienen que estar más pendientes, porque no se puede valer por sí mismo, se puede caer, a lo mejor no come solo… En cambio los otros están bien, los quieren y saben que están ahí.
Si tengo una pareja, ese es el amor discapacitado. De ese tengo que estar más pendiente porque necesita más. El amor de los padres es independiente. El amor de pareja es dependiente. Ella depende de mí y yo de ella. Estamos unidos hasta que la muerte nos separe, pero el amor que nos debemos es como el amor de un hijo discapacitado.


Autor:desconocido

domingo, 11 de enero de 2009

Ayúdame, Señor


Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes,
y a no decir mentiras para ganar el
aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la felicidad;

Si me das fuerza, no me quites la razón;
Si me das éxito, no me quites la humildad;
Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver el otro lado de la moneda.


No dejes que acuse
a los demás de traición,
por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo,

y a juzgarme como juzgo a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo,

Ni en la desesperación si fracaso.
Mas bien recuérdame que el fracaso es la
Experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es lo más grande
del fuerte,
y que la venganza es la señal
primitiva del débil.
Si me quitas la fortuna:

Déjame la esperanza.
Si me quitas el éxito:

Déjame fuerzas para triunfar desde el fracaso.

Si yo fallara a la gente:

Dame el valor para disculparme humildemente.
Si la gente me fallara:

Dame el valor para perdonar sinceramente.

Señor, haz que no me olvide de Ti.

Sé que Tú no te olvidas de mí.

sábado, 10 de enero de 2009

El Anillo


-Maestro, me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren?


El maestro sin mirarlo, dijo:

-Cuánto lo siento muchacho!... no puedo ayudarte: debo resolver primero mi propio problema. Quizás después... y haciendo una pausa agregó:

-Si me
ayudas tú a mí, podría resolver este problema con más rapidez, y después tal vez te pueda ayudar.

-E...encantado, Maestro -titubeó el joven-, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

-Bien -asintió el maestro- se quitó un anillo que llevaba del dedo pequeño, y dándoselo al muchacho, agregó:

-Toma el caballo y cabalga hasta el mercado.
Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible: no aceptes menos de una moneda de oro.
Ve y regresa con esa moneda lo antes posible.


El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara, y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a cuanta persona se cruzaba en el mercado, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado tener él mismo esa moneda de oro.
Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación, y recibir su consejo y ayuda.

-Maestro- dijo- lo siento, no logré lo que me pediste.
Quizás pueda conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro- ¡debemos saber primero el verdadero valor del anillo!

Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?

Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él.
Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas.
Vuelve aquí con el anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA,,, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-58 MONEDAS!!!!!!!!!!!!!!!!! Exclamó el joven.

-Sí, replicó el joyero-yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo- ¡tú eres como este anillo! una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un experto.
¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y, diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

viernes, 9 de enero de 2009

Ropa Sucia


Una pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.
En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero.

-¡Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero!.. Quizás necesita un jabón nuevo… ¡Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas!
-El marido miró y se mantuvo en silencio.

Así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía su ropa.
Un día, se sorprendió al verla tendiendo sábanas limpísimas, y dijo al marido:

-Mira, ¡aprendió a lavar la ropa! ¿Le habrá enseñado otra vecina?
El marido le respondió:
-No, hoy me levanté más temprano... ¡y lavé los vidrios de nuestra ventana !

Antes de criticar, es conveniente corroborar que hemos limpiado el corazón, para ver más claro.

...Entonces podremos ver claramente el corazón de los demás …

jueves, 8 de enero de 2009

Cicatrices


En un
caluroso día de verano, al sur de Florida, un niño fue a nadar en la laguna detrás de su casa.
Se tiró en el agua y nadó feliz.

Su mamá, desde la casa, lo miraba por la ventana... ¡y vió con horror lo que ocurría!
Enseguida corrió hacia su hijo, gritando lo más fuerte que podía.

Al oírla, el niño se alarmó, y miró nadando hacia su mamá... Fue demasiado tarde.
Desde el muelle, la mamá tomó al niño por sus brazos, justo cuando el caimán agarraba sus piernitas.

La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón.
El animal era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada, y su amor no la abandonaba.

Un hombre escuchó los gritos, y se apresuró hacia el lugar con una arma, y mató al cocodrilo.
El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron mucho, aún pudo llegar a caminar.
Recuperado del trauma, un periodista preguntó al niño si le mostraba las cicatrices de sus piernas.
El niño levantó la colcha y se las mostró.
Entonces, con gran orgullo, se arremangó, y dijo:
Las que usted debe de ver son estas.
...Eran las marcas de las uñas de su mamá, que habían presionado con fuerza. Están porque mamá no me soltó...


¡y salvó mi vida!


miércoles, 7 de enero de 2009

Ángeles en la Tierra

A un angelito que estaba en el cielo,
le llegó su turno de nacer como niño, y dijo a Dios:

-Me enviarás mañana a la tierra, pero...
¿como podré vivir siendo tan pequeño e indefenso?

-Entre muchos ángeles, escogí uno para tí que te está esperando
y que te cuidará, le dice Dios.
-Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír... Eso basta para ser feliz!
-Tu ángel te cantará y te sonreirá todos los días, sentirás su amor y serás feliz.
-¿Y cómo entender lo que la gente me hable si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
-Tu ángel te dirá las palabras más dulces y tiernas que puedas escuchar, y con paciencia y cariño
te enseñará a hablar.
-¿Y que haré cuando quiera hablar contigo?
-Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar, y podrás hablarme.
-He oído que en la tierra hay hombres malos... ¿Quien me defenderá?
-Tu ángel te defenderá, aún a costa de su propia vida.
-Pero estaré triste porque no te veré más, Señor.
-Tu ángel te hablará siempre de Mí, y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque siempre estaré a tu lado.

En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se
oían voces terrestres, y el niño presuroso repetía con lágrimas en sus ojitos sollozando:

-DIOS MÍO SI YA ME VOY, ¡DIME SU NOMBRE!: ¿COMO SE LLAMA MI ÁNGEL?
-SU NOMBRE NO IMPORTA, TÚ LE DIRÁS...


¡MAMÁ!

martes, 6 de enero de 2009

Reyes Magos


¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame.
- Oye, quiero... que me digas la verdad.
- Claro, hija. Siempre lo hago, respondió sorprendido.
- Es que... titubeó Cristina.
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo, que le miraba igualmente.

- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad? La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña, y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso...
- Mira, efectivamente, son los padres los que ponen los regalos, pero...
- ¿Entonces es verdad?, cortó la niña con los ojos humedecidos. ¡Me han engañado!
- No, mira, los Reyes Magos sí que existen, respondió cogiendo con sus dos manos la cara de su hija.
- Entonces no lo entiendo.
- Siéntate, y escucha esta historia que te voy a contar, porque ha llegado la hora de que puedas comprenderla.

Cristina se sentó entre sus padres, ansiosa de escuchar, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

- Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente, guiados por una gran estrella, se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento, y parecía tan feliz, que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño!
Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de realizar. ¿Cómo podremos llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo?

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:


- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:


- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas- necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero, no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental, asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje, respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño.
Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices. Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:

- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado. Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su alcancía en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Autor: Desconocido

lunes, 5 de enero de 2009

Pedir y Recibir

Algunas veces, es el esfuerzo justamente lo que más precisamos en nuestra vida.

Si Dios permitiera que pasáramos a través de nuestras vidas sin obstáculos, seríamos lisiados. No tendríamos la fuerza que podríamos haber tenido, y jamás podríamos volar...

Pedí fuerzas... y Dios me dió dificultades para hacerme fuerte.

Pedí sabiduría... y Dios me dió problemas para resolver.

Pedí prosperidad... y Dios me dió un cerebro y músculos para trabajar.

Pedí coraje... y Dios me dió obstáculos que superar.

Pedí amor... y Dios me dió personas para ayudar.

Pedí favores... y Dios me dió oportunidades.

¡No recibí nada de lo que pedí!... ¡pero recibí todo lo que necesitaba!


Autor: desconocido

domingo, 4 de enero de 2009

Padre Nuestro


No digas: PADRE,
si no te portas
cada día como su Hijo.

No digas: NUESTRO,
si vives aislado en tu egoísmo.

No digas: QUE ESTÁS EN EL CIELO,
si sólo piensas en cosas terrenas.

No digas: SANTIFICADO SEA TU NOMBRE,
si no lo honras ni lo alabas.

No digas: VENGA A NOSOTROS TU REINO,
si lo confundes con el éxito material.

No digas: HÁGASE TU VOLUNTAD,
si no la aceptas cuando es doloroso.

No digas: DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA,
si no te ocupas de la gente
con hambre, sin cultura y sin vivienda.

No digas: PERDONA NUESTRAS OFENSAS
COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN,

si guardas rencor a tu hermano.

No digas: NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN,
si tienes intención de seguir pecando.

No digas: LÍBRANOS DEL MAL,
si no tomas partido por el bien.

No digas: AMÉN
si no has tomado en serio las
palabras del PADRENUESTRO.

sábado, 3 de enero de 2009

Punto de Vista


Unos obreros estaban picando piedras en un enorme edificio en construcción.

Se acercó un visitante y preguntó:
- ¿Qué están haciendo?
Uno de ellos miró con dureza y le respondió: - ¿Acaso usted no lo ve?

Picando piedras como esclavos, por un sueldo miserable, y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Allá ponen los nombres de ingenieros, arquitectos, aunque seamos nosotros quienes dejamos en la obra el pellejo.
El visitante se acercó entonces a otro obrero y preguntó lo mismo.
- Como usted bien puede ver, picando piedra para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pago, pero son tiempos difíciles, hay poco trabajo, y hay que llevar la comida a los hijos.
Se acercó a un tercer obrero, y una vez más preguntó qué estaba haciendo.
El hombre contestó con gran entusiasmo:
- Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Tal vez no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.
El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento: una misma realidad.
Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío.
Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo es parte del paraíso y lo será.
Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una fiesta, sentirnos parte de las buenas obras...

¡De tí depende!

Autor: Desconocido

viernes, 2 de enero de 2009

Anciano Samurai


Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que dedicaba su tiempo a enseñar a los más jóvenes.
A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar a cualquier adversario. Una tarde, un guerrero conocido por su falta de escrúpulos, apareció por allí.
Normalmente utilizaba la técnica de la provocación.
Esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento, y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha.
Dada la reputación del samurai, fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama.
Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.
Se dirigieron a la plaza de la ciudad, y el joven comenzó a insultar al anciano maestro.
Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros.
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el anciano permaneció impasible.
Al final de la tarde, sintiéndose exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró. Desilusionados porque el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos preguntaron:

-¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad?
¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro contestó:

-Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?
-A quien intentó entregarlo, respondió uno de los alumnos.
-Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos
, dijo el maestro: cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo.


Autor: Desconocido

jueves, 1 de enero de 2009

Recomenzar

Perdí un juguete que me acompañó en la infancia, pero gané el
recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad

de crecer y vivir libre.
Perdí a mucha gente que quise y amo todavía, pero gané el

cariño y ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos porque lloraba en vez de sonreír, pero

descubrí que es sembrando, como se cosecha amor.
Perdí muchas veces, muchas cosas en mi vida; pero junto a

ese “perder”, hoy encuentro el valor de “ganar”.
Porque siempre es posible luchar por lo que soñamos, y siempre hay tiempo

para empezar de nuevo.
No importa en que momento te cansaste.
Lo que importa es que
siempre es necesario recomenzar.
Recomenzar es darse una nueva
oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida, y, lo más importante: creer en uno mismo...
¿Sufriste mucho en algún período?… ¡fue aprendizaje!
¿Lloraste mucho?…¡sirvió para limpiar el alma!
¿Sentiste rencor?… ¡fue para aprender a perdonar!
¿Estuviste solo en un momento?… tal vez fue porque cerraste la puerta.
¿Te sentiste solo?… mira alrededor y encontrarás mucha gente que
espera una sonrisa para acercarse más a ti.
Hoy es un excelente día para comenzar una nueva vida.
Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor; la vida nos trae aquello en lo que ponemos nuestra atención
.
Si pensamos pequeño, vendrá lo pequeño.
Si pensamos
en lo mejor, en positivo, y luchamos para alcanzarlo, eso llegará.
Recuerda: aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos
que te han dejado su huella, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón.
Despídete de lo que viviste, sin temor al futuro.
Deja correr el río de la vida, que se lleva las aguas que
estás viendo, para que aparezcan ante tus ojos las que no viste, y que están viniendo.


Confiá en la vida, confiá en ti y … ¡recomienza!