Valentía es admitir tus temores,
y enfrentarlos cara a cara.
Es tener la fortaleza de pedir ayuda,
y la humildad de aceptarla.
Valentía es defender tus principios,
sin preocuparte por lo que otros dirán.
Es escuchar tu corazón, vivir tu vida
y no aceptar sino lo que para tí es lo mejor.
Valentía es tomar el primer paso,
dar un gran salto, o cambiar el camino.
Es intentar lo que nadie supo hacer jamás
y todos creen imposible.
Valentía es mantener el espíritu
en los desencantos, y considerar las derrotas
no con el fin sino como un nuevo comienzo.
Es creer que por fin las cosas mejorarán,
aunque ahora parezcan peores.
Valentía es tomar responsabilidad
de tus acciones
y saber admitir tus errores
sin culpar a los demás.
Es confiar, no en los demás,
sino en tu habilidad y esmero para triunfar.
Valentía es negarse a desistir,
aunque la posibilidad te intimide.
Es trazar tu meta, mantenerte fiel a ella
y hallar soluciones para los obstáculos.
Valentía es pensar en grande,
apuntar bien alto y llegar bien lejos.
Es adoptar un sueño y hacerlo todo,
arriesgarlo todo,
no desistir ante ningún obstáculo
para tornarlo realidad.
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