miércoles, 15 de abril de 2009

Salvación

Cierta vez, Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose, diciendo:

- Sí, Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé un cebo que sabía que no resistirían: ¡Cayeron todos!

- ¿Que vas a hacer con ellos?, preguntó Jesús.

- ¡Ah, me voy a divertir!, respondió Satanás, les enseñaré cómo casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber sin control, y, por supuesto, a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. ¡Realmente me voy a divertir!

- ¿Y qué harás cuando te canses?, preguntó Jesús.

- Ah, los mataré, dijo Satanás con mirada llena de odio y orgullo.

- ¿Cuánto quieres por ellos?, preguntó Jesús.

- Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos son malos. ¿Por qué los querrías tomar? Ellos te odian. Escupirán tu rostro, te maldecirán y te matarán. Tu no quieres a esa gente!!

- ¿Cuánto?, preguntó nuevamente Jesús.

Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:

- Toda tu sangre, tus lágrimas, y tu vida.

Jesús dijo:

- ¡HECHO!

Y así fue como pago el precio.

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