Nuestro Señor vino a decirnos que Él es infinitamente misericordioso con nosotros, y que no importa qué pecados hayamos cometido, pues si estamos arrepentidos de verdad, Él nos perdonará, ya que vino a llamar a pecadores, y no a justos.
"Yo prometo al alma que venere ésta imagen, que no perecerá ...
Protegeré durante toda su vida, cual madre a su hijo, a las almas que propagaren el culto a Mi Misericordia; en la hora de la muerte no seré para ellos Juez sino Salvador..."
-Promesa hecha durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia.
domingo, 19 de abril de 2009
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