Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión.
Levantó un vaso y preguntó al auditorio:
-¿Cuánto creen que pesa este vaso con agua?
Las respuestas variaron entre veinte y quinientos gramos.
Entonces, el conferencista comentó:
-Poco importa su peso absoluto... Depende de cuánto tiempo voy a sostenerlo.
Si lo sostengo por un minuto, no pesa nada.
Si lo sostengo una hora, tendré dolor en el brazo.
Si lo sostengo un día entero, tendrán que llamar a una ambulancia.
...Y es exactamente el mismo peso; sólo que, cuanto más tiempo lo sostengo, más insoportable se va volviendo.
Concluyó:
-Si cargamos nuestros pesos todo el tiempo, tarde o temprano, dejaremos de ser capaces de continuar, pues la carga será cada vez más pesada.
Es imprescindible dejar el vaso y descansar, antes de volver a sostenerlo.
Necesitamos dejar la carga periódicamente, para recuperar la capacidad de continuar.
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