Llega un joven a un oasis , toma agua, se asea y pregunta a un anciano que se encuentra descansando:
-¿Qué clase de personas viven aquí?
El anciano le pregunta:
-¿Y qué clase de gente había en el lugar de donde vienes?
-Toda gente egoísta y mal intencionada, replicó el joven; estoy encantado de haberme ido de allí. A lo cual el anciano comento:
-Encontrarás lo mismo aquí.
Más tarde, otro joven fue a beber al oasis, y, viendo al anciano, preguntó:.
-¿Cómo es la gente de aquí?
El viejo respondió con la misma pregunta:
-¿Cómo son las personas en el lugar de donde vienes?
-Un magnifico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias... lamento tanto haberlos dejado...
-Aquí es igual.
Alguien que había escuchado ambas conversaciones, le preguntó:
-¿Cómo puedes dar respuestas tan diferentes a la misma pregunta?
El sabio anciano contestó:
-Sólo podemos ver lo que llevamos en el corazón... Si no encontramos nada bueno en los lugares donde estuvimos, tampoco encontraremos otra cosa aquí, ni allá, ni en ninguna parte.
Cuando te sientes dolorido por algo externo; lo que verdaderamente te perturba, es tu propio juicio sobre eso.
viernes, 6 de marzo de 2009
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