recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad
de crecer y vivir libre.
Perdí a mucha gente que quise y amo todavía, pero gané el
cariño y ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos porque lloraba en vez de sonreír, pero
descubrí que es sembrando, como se cosecha amor.
Perdí muchas veces, muchas cosas en mi vida; pero junto a
ese “perder”, hoy encuentro el valor de “ganar”.
Porque siempre es posible luchar por lo que soñamos, y siempre hay tiempo
para empezar de nuevo.
No importa en que momento te cansaste.
Lo que importa es que siempre es necesario recomenzar.
Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida, y, lo más importante: creer en uno mismo...
¿Sufriste mucho en algún período?… ¡fue aprendizaje!
¿Lloraste mucho?…¡sirvió para limpiar el alma!
¿Sentiste rencor?… ¡fue para aprender a perdonar!
¿Estuviste solo en un momento?… tal vez fue porque cerraste la puerta.
¿Te sentiste solo?… mira alrededor y encontrarás mucha gente que espera una sonrisa para acercarse más a ti.
Hoy es un excelente día para comenzar una nueva vida.
Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor; la vida nos trae aquello en lo que ponemos nuestra atención.
Si pensamos pequeño, vendrá lo pequeño.
Si pensamos en lo mejor, en positivo, y luchamos para alcanzarlo, eso llegará.
Recuerda: aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos que te han dejado su huella, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón.
Despídete de lo que viviste, sin temor al futuro.
Deja correr el río de la vida, que se lleva las aguas que estás viendo, para que aparezcan ante tus ojos las que no viste, y que están viniendo.
Confiá en la vida, confiá en ti y … ¡recomienza!
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