domingo, 25 de enero de 2009

Las Perlas


Jenny era una linda niña de cinco años de ojos relucientes.
Un día, mientras
visitaban la tienda con su mamá, Jenny vió un collar de perlas de plástico que costaba 2.50 dólares. ¡Cuánto deseaba poseerlo!
Preguntó a su mamá si se lo compraría, y ésta le respondió:
Hagamos un trato, te compraré el collar, y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagarlo.
Y no olvides que para tu cumpleaños es muy posible que tu abuelita te regale un billete de un dólar enterito, ¿Está bien...?
Jenny estuvo de acuerdo, y su mamá le compró el collar de perlas.
Jenny trabajó con tesón todos los días para cumplir con sus tareas, y tal como su mamá le mencionara, su abuelita le regaló un billete nuevo de un dólar para su cumpleaños. En poco tiempo Jenny canceló su deuda.
¡Jenny amaba sus perlas! Las llevaba puestas a todas partes: En la escuela, en la cama, y cuando salía con su mamá a hacer los mandados.
El único momento en que no las usaba era cuando se bañaba, pues su mamá le había dicho que las perlas con el agua le pintarían el cuello de verde...

Jenny tenía a su padre, que la quería muchísimo.
Cuando iba a la cama, él se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido. Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo:
-Jenny, ¿tú me quieres?
-Oh si papá, ¡tú sabes que te quiero!.
-Entonces, regálame tus perlas.
-Oh, papá ¡Mis perlas no! Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita. ¿La recuerdas?, tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños.
Y te doy su ajuar también, ¿está bien papá?
-No hijita, está bien, no importa (dándole un beso en la mejilla).
Buenas noches pequeña.
Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el diario cuento "¿Jenny, tú me quieres?"...
-¡Oh, sí papá, tú sabes que te quiero!.
-Entonces regálame tus perlas.
-¡Oh, papá! ¡No mis perlas!, pero te doy a Lazos, mi caballo
de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él y hacerle trencitas.
Puedes tenerlo si quieres papá.
-Oh no hijita, está bien... (Dándole nuevamente un beso en la mejilla) Dios te bendiga, felices sueños.
Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró a su dormitorio para leerle un cuento, Jenny estaba sentada en su cama y le temblaban los labios:
-Toma papá, dijo, y estiró su mano. La abrió y en su interior estaba su tan querido collar,
el cual entregó a su padre.
Con una mano él tomó las perlas de plástico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul.
Dentro de la cajita había unas hermosas perlas genuinas.
El las había tenido todo este tiempo, esperando que Jenny renunciara a la baratija para poder darle la pieza de valor...

Y así es también con nuestro Padre Celestial. Él está esperando a que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos preciosos tesoros.
¿No es bueno el Señor?

Esto me recuerda a las cosas a las cuales me aferro, y me pregunto:
¿Qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?


Autor: desconocido

"El Reino de los cielos se parece a un hombre que buscaba perlas finas; y, al encontrar una de gran valor, fue, vendió todas sus pertenencias, y la compró."


Mateo 13:45

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