sábado, 3 de enero de 2009

Punto de Vista


Unos obreros estaban picando piedras en un enorme edificio en construcción.

Se acercó un visitante y preguntó:
- ¿Qué están haciendo?
Uno de ellos miró con dureza y le respondió: - ¿Acaso usted no lo ve?

Picando piedras como esclavos, por un sueldo miserable, y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Allá ponen los nombres de ingenieros, arquitectos, aunque seamos nosotros quienes dejamos en la obra el pellejo.
El visitante se acercó entonces a otro obrero y preguntó lo mismo.
- Como usted bien puede ver, picando piedra para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pago, pero son tiempos difíciles, hay poco trabajo, y hay que llevar la comida a los hijos.
Se acercó a un tercer obrero, y una vez más preguntó qué estaba haciendo.
El hombre contestó con gran entusiasmo:
- Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Tal vez no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.
El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento: una misma realidad.
Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío.
Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo es parte del paraíso y lo será.
Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una fiesta, sentirnos parte de las buenas obras...

¡De tí depende!

Autor: Desconocido

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