Tenía varios atunes de gran tamaño. Elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El pescador respondió que sólo un de poco tiempo.
Luego le preguntó porqué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado.
El pescador dijo que tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.
El hombre replicó,
-Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías usar más tiempo en la pesca, y con los ingresos comprar un bote más grande, para luego poder comprar varios botes y llegarías a tener una flota de botes pesqueros.
En lugar de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador y ¡hasta abrir tu propia procesadora!
Controlarías la producción, el procesamiento y la distribución.
Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a La Capital, donde manejarías tu empresa en expansión.
El pescador preguntó,
-¿Pero, cuánto tiempo lleva todo eso?
-Entre 15 y 20 años.
-¿Y luego qué?
El MBA rió y dijo que esa era la mejor parte.
-Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones.
-Millones ... y ¿luego qué?"
La respuesta fue:
-Luego te puedes retirar: Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y tocas guitarra con tus amigos.
El pescador respondió: ¿Y cómo se te ocurre que es mi vida exactamente ahora?
¡LA FELICIDAD ES EL CAMINO, NO EL DESTINO!
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