jueves, 5 de febrero de 2009

Los Halcones


Un monarca recibió como obsequio dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería, para que los entrenara.
Unos meses después, el maestro informó al rey que uno de ellos estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía: no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores, para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacerlo volar.
Encargó, entonces, la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Al día siguiente, por la ventana, el monarca pudo observar que el ave aún continuaba inmóvil. Entonces, decidió comunicar
al pueblo que ofrecía una recompensa a quien hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
El rey ordenó a su corte, “Traedme al autor de ese milagro”. Rápidamente le presentó a un campesino. El rey preguntó:
- ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?
Intimidado, el campesino contestó:
- Fue fácil, mi rey. Sólo corte la rama, y el halcón voló.

Sólo se dió cuenta de que tenía alas, y se largó a volar.

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