- Maestro: ¿cómo puedo hacer para permanecer feliz?
...Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas, y sufro con aquellas que calumnian.
- ¡Pues, vive como las flores! Advirtió el maestro.
- Y ¿cómo viven las flores? Preguntó el discípulo.
- Pon atención -continuó el maestro-, señalando unos lirios que crecían en el campo.
Nacen en el estiércol, y sin embargo son puras y perfumadas.
Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero evitan que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con las propias culpas, pero es necio permitir que los vicios de los demás te incomoden.
Los defectos de ellos son ajenos, y no tuyos.
Por esto, no hay motivo para molestarse.
Ejercita pues, la virtud de rechazar todo mal que viene de fuera.
martes, 24 de febrero de 2009
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