domingo, 30 de noviembre de 2008

Oración para sonreir

Señor,
renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.

Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Si Supiera Leer...

No había en el pueblo peor oficio que el de portero del hotel.
Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
Nunca había aprendido a leer ni a escribir, ni tenía otra actividad u oficio.
Un día se hizo cargo del hotel un joven con inquietudes, creativo y emprendedor, que comenzó a modernizarlo.
Tras varios cambios, citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo:

-A partir de hoy, además de estar en la puerta,
usted registrará las personas que entren día a día, y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre nuestro servicio...
El hombre tembló, siempre había tenido disposición al trabajo, pero...

-Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó - pero... no sé leer ni escribir...

-¡Ah! ¡Cuanto lo siento!... ¡está despedido!

-Señor, por favor, trabajé aquí toda mi vida...
No lo dejo terminar:

-Comprendo, pero no puedo hacer nada por usted.
Lo indemnizaremos, para que tenga susteno hasta que encuentre trabajo.
Lo lamento.
Que tenga suerte...

Sin más, se dió vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Jamás había imaginado esa situación.
¿Qué hacer?
Recordó que cuando se rompía una silla o una mesa, con martillo y clavos lograba un arreglo provisorio.
Esta sería una ocupación transitoria hasta conseguir empleo.
El inconveniente es que sólo tenía unos clavos oxidados y unas pinzas muy viejas, así que decidió usar parte del dinero para comprar una caja de herramientas.
Como en el pueblo no había ferretería, debía viajar dos días en mula para poder realizar la compra.
A su regreso, traía una muy completa caja de herramientas.
De inmediato, su vecino llamo a la puerta:

-¿Tendrá un martillo para prestarme?

-Sí, lo acabo de comprar, y lo necesito para trabajar... como quedé sin empleo...

-Bueno, se lo devolveré mañana bien temprano.

El portero accedió y le prestó su martillo.
A la mañana siguiente, como había prometido, regresó el vecino:

-La verdad es que todavía necesito el martillo. ¿Me lo vende?

-Lo necesito para trabajar, y la ferretería está a dos días en mula...

-Hagamos un trato. Pagaré los días de ida y de vuelta, más el precio del martillo ¿Le parece?

-Acepto.
Montó su mula. De regreso, otro vecino esperaba en su casa:

-Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?

-Si, así es...

-¿Sabe?, necesito unas herramientas, y puedo pagarle sus días de viaje, más una ganancia. No dispongo de tiempo para ir...

El ex-portero abrió su caja y el vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. ...¡Mucha gente podría necesitar herramientas como las que había vendido!
Además, ahorraría mucho tiempo en viajes. La voz comenzó a correr y muchos se beneficiaban evitando el viaje.
Una vez por semana, viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Alquiló un carretón para almacenar las herramientas y tiempo después, un cuarto, que se convirtió en la primera ferretería del pueblo.
Todos compraban en su negocio.
Y ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. Era un buen cliente. Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos días de marcha.
Un día, se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para el las cabezas de los martillos. ¿Y luego?, ¿por que no?... Las tenazas, las pinzas, los cinceles... Más tarde fueron los clavos y los tornillos..
Sucedió que, en diez años, aquel hombre se transformó, con honestidad y trabajo, en un millonario fabricante de herramientas.
Un día decidió donar una escuela
al pueblo.
Ahí, además de a leer y escribir,
se enseñarían las artes y oficios más prácticos de la época.
En la inauguración, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó, y dijo:
Concédanos el honor de estampar su firma en la primera hoja del libro de actas.
El honor sería mío -dijo el hombre- me encantaría firmar allí, pero no se leer ni escribir.
Soy analfabeto.
¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo.
¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir?... Estoy asombrado. ¿Qué hubiera sido si hubiera sabido leer y escribir?
Le puedo contestar, respondió con calma.
Si hubiera sabido leer y escribir... ¡seguiría siendo portero del hotel!

...Las adversidades siempre esconden bendiciones. Las crisis están repletas de oportunidades. Cambiar siempre será la opción segura.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Si (Rudyard Kipling)


SI
Puedes conservar tu cabeza, cuando en derrededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en tí mismo, cuando duden de tí
los demás hombres y ser igualmente indulgente para su duda;
Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira,
Y si eres odiado, no devolver el odio; sin que te creas,
por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;

SI
Puedes soñar sin que los sueños, imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu
objeto único objetivo;
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre,
y tratar de la misma forma a esos dos impostores;
Si puedes aguantar que a la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los pícaros,
para convertirla en lazo de los tontos,
O contemplar que las cosas a que diste tu vida se han deshecho,
y agacharte y construirlas de nuevo,
aunque sea con gastados instrumentos!

SI
Eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta
Y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
Y nunca mas exhalar una palabra sobre la pérdida sufrida!
Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a que te obedezcan aún después de haber desfallecido
Y que así se mantengan, hasta que en tí no haya otra cosa
que la voluntad gritando: “persistid, es la orden!!”

SI
Puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos;
Si nadie, ni enemigos, ni amantes amigos,
pueden causarte daño;
Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado;
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto,
con el valor de los sesenta segundos de la distancia final;
Tuya será la tierra y cuanto ella contenga
Y -lo que vale más- serás un hombre! hijo mío

jueves, 27 de noviembre de 2008

Cuenta Corriente


Imagina que existe un banco que cada mañana acredita en tu cuenta
86.400 dólares.
Jamás transfiere tu saldo al día siguiente: noche a noche cancela lo que no
invertiste, cualquiera sea la cantidad...
¿Qué harías tú?
¡Retirar hasta el último centavo, por supuesto!
Cada uno de nosotros opera en ese banco: la moneda es tiempo.

Cada mañana, te acredita 86.400 segundos.
Cada noche borra y da como pérdida todo el crédito que no hayas invertido.
No arrastra saldos ni permite sobregiros.

Cada día acredita, cada noche elimina el saldo.
Si no usas tus depósitos del día, la pérdida es tuya.
No hay marcha atrás .
Debes vivir el presente con los depósitos de hoy.
Invierte de manera de conseguir lo mejor en salud, felicidad y éxito.

El reloj sigue su marcha.
Consigue lo máximo en el día.

Para entender el valor de un año, pregúntale a un estudiante

que perdió su año de estudios.
Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbró
a su bebé prematuro. Para entender el valor de una semana, pregúntale al editor de un semanario.
Para entender el valor de un día, pregúntales a los amantes que esperan
a encontrarse.
Para entender el valor de una hora, pregúntale a un enfermo terminal.
Para entender el valor de un minuto, pregúntale a alguien que perdió el tren.
Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que
logró evitar un accidente.
Para entender el valor de una milésima de segundo,
pregúntale a la persona que ganó la medalla de plata en las olimpiadas.

Atesora cada momento que vivas,
y recuerda que el tiempo no espera por nadie.
Ayer es historia.

Mañana es misterio.
Hoy es dádiva.
¡Por eso se llama presente!

Si dejas ir los segundos, con ellos se van las horas,
los días, los años… y ¡la vida misma!

miércoles, 26 de noviembre de 2008

La Cerca del Jardín


Esta es la historia de un muchacho que tenía muy mal carácter.

Su padre le dió una bolsa de clavos, y dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debía clavar uno en la cerca del jardín.
El primer día, clavó 37.
Las semanas que siguieron, en tanto aprendía a cuidarse, el número fue disminuyendo paulatinamente.
Era más cómodo controlarse...

Llegó la ocasión en que pudo dominarse durante todo un día.

Después de informarlo a su padre, éste pidió que retirara un clavo por cada día de triunfo sobre sí mismo.
Pasó un tiempo, y pudo anunciar que ya no quedaba nada por retirar...

El padre lo acompañó hasta la cerca.

Dijo: trabajaste duro, pero mira todos esos huecos... jamás será la misma.
Cada vez que pierdes los estribos, dejas heridas como las que ves
aquí.
Puedes insultar a alguien y retractarte, pero lo dicho lo aniquilará, y la cicatriz permanecerá por siempre.

Una ofensa verbal es tan nociva, o más, que una física.

Cuida siempre lo que dices, las palabras trascienden y penetran el corazón...
.

martes, 25 de noviembre de 2008

Las Flores Brotaron


Un hombre trabajaba en una fábrica distante cincuenta minutos en ómnibus desde su casa.

En la siguiente parada subía una anciana que siempre se sentaba junto a la ventana; abría la cartera, sacaba un paquetito y se pasaba el viaje arrojando algo hacia afuera.

La escena siempre se repetía, y un día, curioso, le preguntó qué hacía.
- Tiro semillas, respondió ella
- ¿Semillas? ¿de qué?
- De flores.
Miro hacia afuera y la calle está tan vacía... me gustaría viajar viendo flores todo el camino. Imagine qué bello sería!
- Pero sus semillas caen sobre el asfalto y son aplastadas por los autos, devoradas por los pájaros... cree Ud. que germinarán en la banquina?
- Así es. Muchas se perderán, pero algunas caerán en tierra, y, con el tiempo, brotarán.
- Aún así... demorarán en crecer... necesitan agua...
- Ah! yo hago mi parte. Siempre hay días de lluvia. Y si alguien arroja las
semillas, las flores nacerán.

Dicho esto, se dio vuelta hacia la ventana y continuó su trabajo.
El hombre descendió más adelante, pensando que la señora estaba senil.

Tiempo después... en el mismo ómnibus, el hombre percibió flores en la vera del camino... muchas flores.
El paisaje, colorido, perfumado y hermoso.
Recordó entonces a la señora.

La buscó en vano.
Preguntó al chofer, que conocía a todos los pasajeros.


- ¿La viejecita de las semillas?... pues murió hace cerca de un mes.

El hombre volvió a su lugar, y continuó mirando el paisaje
-Quién diría... las flores brotaron... ¿pero de que le valió su trabajo?
Murió, y no pudo disfrutar toda esta belleza.

En ese instante oyó risas de criatura. Enfrente, una niña señalaba entusiasmada.
- ¡Mira que lindo! ¡cuántas flores por la calle! ¿Cómo se llaman aquellas?
...Entonces comprendió qué había hecho
la señora.
Aunque no estaba ahí para verlo, hizo su parte... dejó su marca, la belleza para la contemplación y
felicidad de las personas, trascendió, dejándonos un mundo más bello.

Al día siguiente, el hombre subió al ómnibus y se sentó junto a la ventana. Sacó un paquetito de semillas... y dió continuidad a la Vida , sembrando con entusiasmo y alegría sus semillas.

El futuro depende de nuestras acciones presentes.
Si sembramos buenas semillas, los frutos serán igualmente buenos.


¡Sembremos nuestras semillas ahora y trascendamos dejando un mundo mejor a las futuras generaciones!

¿Tienes listas tus semillas?


lunes, 24 de noviembre de 2008

Kupmanduck


En un pozo profundo vivía una colonia de ranas.
Allí llevaban su vida, tenían sus costumbres, su alimento y croaban haciendo resonar el pozo en toda su profundidad.
Protegidas por su aislamiento, vivían en paz y sólo tenían que resguardarse del cubo que, de vez en cuando, alguien echaba para sacar agua; daban alarma al oir el ruido, y se sumergían, o se apretaban contra la pared; así esperaban, conteniendo la respiración, hasta que éste era izado y pasaba el peligro.
Fue a una rana joven a quien se le ocurrió pensar que el tobo podía ser una oportunidad en vez de un peligro.
Arriba se veía como una claraboya abierta, que cambiaba según fuera de día o de noche, y aparecían sombras, luces, formas y colores, que hacían presentir que allí había algo nuevo y digno de conocerse.
Sobre todo, el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que aparecía por un momento sobre el brocal del pozo al arrojar y
recobrar el balde en su cita esperada y temida.
¡Había que conocer todo aquello!
La rana joven dijo lo que pensaba, y las demás se le echaron encima: "Nunca se ha hecho. Sería la destrucción de nuestra especie. El cielo nos castigará. Te perderás para siempre. Hemos sido hechas para estar aquí, y estamos bien y podemos ser felices. Fuera del pozo no hay más que destrucción. Que nadie se atreva a violar las leyes de nuestros antepasados. ¿Es que una jovenzuela de hoy puede saber más que ellos?"
La rana joven esperó pacientemente la próxima bajada del tobo.
Se colocó estratégicamente, y, cuando el cubo comenzaba a ser izado, subió en él, ante el asombro y horror de la comunidad batracia.
El consejo de ancianos excomulgó a la prófuga y prohibió que se hablara de ella. Había que proteger la seguridad.
Pasaron meses sin que nadie hablara del tema, ni, tampoco, pudiera olvidarla.
Un buen día, se oyó un croar familiar sobre el brocal.
Abajo, se agruparon las curiosas; y vieron, recortada contra el cielo, en el borde del pozo, la silueta de la aventurera. A su lado apareció la silueta de otra rana; y, a su alrededor, siete pequeños renacuajos.
Todas miraban sin atreverse a nada, cuando la joven habló: "Arriba se está maravillosamente. Hay agua que se mueve. Hay unas fibras verdes y suaves que salen del suelo y entre las que da gusto moverse, y muchos bichos pequeños muy sabrosos y variados, y cada día se puede comer diferente. También, muchos
tipos distintos de ranas, y son muy buenas. Me he casado con ésta, tenemos siete hijos, y somos muy felices. Hay sitio para todas, esto es muy grande y no se acaba de ver qué hay a lo lejos..."
Desde abajo, las fuerzas del orden advirtieron que, si bajaba, sería ejecutada por alta traición. Ella contestó que no pensaba bajar, les deseó lo mejor, y se marchó con su compañera y los siete renacuajos.
En el pozo hubo gran revuelo, y algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero las autoridades las acallaron de inmediato.
Todo volvió a la normalidad.
Al día siguiente, la niña quedó asombrada cuando, al sacar el cubo del pozo, vió que estaba repleto de ranas...

En sánscrito, hay una palabra compuesta para designar a alguien estrecho de miras, que se conforma con oír lo que siempre ha oído y hacer lo que siempre ha hecho, y lo que, según parece, han de hacer los que quieran seguir una vida tranquila y segura. La palabra es kupmanduck (rana de pozo), y ha pasado a las lenguas hindúes modernas, en las que se usa con igual sentido. A nadie gusta que se la digan.
Sin embargo, el mundo está lleno de pozos; y los pozos, de ranas.
Y niñas con trenzas siguen llevándose sustos de vez en cuando.


Tomado del libro "Salió el Sembrador" de Carlos Vallés, s.j

domingo, 23 de noviembre de 2008

Oración de Un Niño

Señor:

No quiero pedirte nada especial ni inalcanzable, como ocurre tantas otras noches...
Eres bueno y proteges a todos los niños, y quiero pedirte un gran favor, sin que se enteren mis padres:
Transfórmame en un televisor, para que me cuiden de igual modo, para que me miren con el mismo interés con que mamá mira la telenovela , o papá su programa deportivo.
Quiero hablar como
lo hacen ciertos animadores, que toda mi familia calla para escucharlos con atención y sin interrumpir.
Quiero ver a mamá suspirar por mí como lo hace al mirar un desfile de modas, o hacer reír a papá como algunos programas humorísticos, o que me crean cuando cuento mis fantasías sin tener que decir ¡es cierto! ¡lo ví en la tele!
Quiero, como el televisor, ser el rey de la casa, el centro de atención que ocupa el mejor lugar, para que todas las miradas se dirijan a mí. Sentir la preocupación que experimentan cuando comienza a fallar, y rápidamente llaman al técnico. También, ser el mejor amigo de mis padres, el héroe favorito, quien más influya sus vidas, quien les recuerde que soy su hijo y que ojalá mostrara más paz que violencia.

¡¡Señor, por favor, déjame ser televisor aunque
sólo sea un día!!


Autor: desconocido

sábado, 22 de noviembre de 2008

Darse Cuenta...

Te invito a analizar esta situación...

Estoy cansado de trabajar, y ver la misma gente, camino al trabajo, el tráfico insoportable, el tumulto en el transporte.
Todos los días igual, ya no lo soporto.
En casa, mi esposa sirve lo del almuerzo para cenar. Mi hija quiere jugar; ni siquiera puedo ir al baño tranquilo.
¿Nadie entiende que estoy cansado? ¿No se dan cuenta de que necesito descansar?
Papá es bastante impertinente y quiere charlar cuando quiero descansar; entre clientes, esposa, hija y padre me vuelven loco: ya no puedo más.
¡ESTOY HARTO!
¡Quiero paz! Lo único bueno es dormir. Al cerrar los ojos siento alivio, olvido todo y ¡no más problemas!

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-"Hola: vengo por ti."

-¿Quién eres?, ¿Cómo entraste?

-Me manda Dios. Escuchó tus quejas: tienes razón, es hora de descansar.

-No es posible, para eso tendría que estar muerto...

-Así es: estás muerto...
Ya no tienes que preocuparte, ni aguantar a quienes te hacen sufrir, ni a tu esposa con sus guisos y su manera de ver las cosas, ni a tu hija que ni siquiera te deja ir al baño; tampoco tendrás que escuchar los consejos de tu anciano padre.

-Pero... ¿qué va a pasar con todo? ¿Y mi trabajo?

-No te preocupes: mira, asómate...
¿Ves al hombre que trabaja decididamente en tu escritorio?: ya contrataron alguien que te supliera; por cierto, lo hace mejor que tú; y está muy feliz con la oportunidad, porque llevaba tiempo sin empleo.

-¿Y mi esposa? ¿Y mi bebé?

-No te preocupes.
A tu esposa le fue dado un buen hombre, que la quiere, respeta y valora; le encantan sus guisos y se llevan estupendamente, es paciente y la complace en todo; ama a tu hija y juegan siempre después del trabajo; antes de dormir hacen juntos su oración: son muy felices.
Ellas lo quieren mucho.

-No. ¡No puedo estar muerto!

-Lo siento, la decisión ya fue tomada, ven conmigo.

-Pero... ¡eso significa que jamás volveré a besar a mi bebe, ni a decir a mi esposa que la amo, ni darle un abrazo a papá y compartir con él!
¡No quiero morir! ¡quiero vivir y envejecer junto a ellos! ¡no quiero morir todavía!
¡Por favor, Señor, dame otra oportunidad de vivir!
¡Si me la dieras, te juro que sería muy diferente! ¡Por favor, Señor! ¡Dame una última oportunidad!

-¡Despierta, amor tienes una pesadilla!

...Me sacudió mi esposa y abrí los ojos. Giré y miré sus ojos; y la abracé fuertemente.

-No; no fue una pesadilla: fue la oportunidad que Dios me dió para vivir intensamente, y demostrar cuánto las amo. Les he fallado y voy a repararlo: juro que seremos felices.
Llamaré a papá y lo invitaré; y no volveré a pasar ni un día sin decir que los amo: tal vez sea la última oportunidad de hacerlo.
¡Estoy vivo! ¡Y podré disfrutar todo a pesar de las circunstancias!..

¡QUÉ MARAVILLOSA ES LA VIDA¡


Autor desconocido

viernes, 21 de noviembre de 2008

Felicidad


Un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. Y a partir de ahí comenzó a buscarla.
Se aventuró por el placer y lo sensual, por el poder y la riqueza, por la fama y la gloria; y así fue recorriendo el orgullo, el saber, los viajes, el trabajo, el ocio y todo cuanto estaba a su alcance. Alguien confirma: "Le quedan dos meses de vida"
Y, cansado y desgastado por los sinsabores de su existencia, se dijo:
"Los dedicaré a compartir toda mi experiencia, de saber y de vida, con las personas que me rodean."
Y aquel buscador infatigable, encontró
, recién al final de sus días, en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que dedicaba a los demás, en la renuncia de sí mismo; el tesoro que tanto había deseado.
Comprendió que para ser feliz sólo se necesita amar, aceptar la vida como es, disfrutar lo pequeño y lo grande, conocerse a sí mismo y aceptarse como se es, sentirse querido y valorado, también querer y valorar, tener razones para vivir y también para morir.
Entendió que la felicidad brota en el corazón: del cariño, la ternura y la comprensión.
Que son instantes y momentos de plenitud; y que está ligada a la forma de ver y de relacionarse con los
demás; que está siempre disponible, y para experimentarla hay que gozar de paz interior.
Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que Dios es la fuente suprema de alegría, por ser amor, bondad, perdón, paz y donación total.

Y recordó aquella sentencia...
"Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."

Ser Feliz: una actitud.

Autor desconocido

jueves, 20 de noviembre de 2008

Confiar En Nuestra voz Interna...

Es común que los miedos guíen los timones de varias vidas, como también que, por precio de la seguridad, se pague con nada menos que con la libertad... a veces, al punto de perderlo todo...


Un grupo de amigos decide escalar un peligroso pico, pese a la proximidad de una tormenta, que, desgraciadamente, los sorprende en pleno ascenso; golpeándolos el viento y la nieve.
Apenas sujetos a una escarpada pared, nada pueden hacer, y la oscuridad baja rápidamente.
Comienzan a congelarse lentamente, y, de pronto... ¡pánico!: uno de los montañistas se resbala, cae, y queda colgando en el vacío, sólo sujeto a su arnés.
Golpes, rebotes, dolor, oscuridad...
Finalmente, recupera el sentido, en medio de la más completa oscuridad.
Grita...pero nadie responde a su llamado.
Intenta tomarse de algún risco, pero sus manos y pies sólo encuentran el vacío.
Sabe que pronto morirá congelado y eleva su plegaria:

-"Señor...tengo miedo... sálvame..."
Una voz resuena en sus oídos....

-"Suéltate de la soga..."
Duda: ¿se trata de una ilusión auditiva?
¿Soltarme de la soga?: es muerte segura.

Pasada la tormenta, el equipo de rescate se sorprendió al ver el cuerpo, colgando de una soga, a escasos centímetros de una plataforma que habría servido de apoyo y resguardo hasta que hubiese mejor tiempo...


Tú... ¿Te animas a soltar tu soga?

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Raíces...


A menudo observaba, desde mi ventana, a un vecino médico, cuyo "hobby" era plantar más y más árboles en el enorme patio de su casa.
Lo que más llamaba mi atención, era que jamás los regaba. Y noté, después de un tiempo, que demoraban mucho en crecer.
Un día, me acerqué a preguntarle si no le preocupaba que sus plantas no crecieran... dado que ¡nunca las regaba!.
Fue cuando, con aire orgulloso, me confió su teoría. Dijo que, si las regase, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían esperando por el agua fácil, que venía de arriba.
Como no las regaba, demorarían más en crecer, pero sus raíces migrarían hacia lo profundo, buscando el agua y nutrientes en las capas inferiores del suelo. Así serían más resistentes a la intemperie.
Agregó que frecuentemente daba palmadas en sus árboles, con un periódico doblado, y lo hacía para que se mantuvieran despiertos y atentos.

Esa fue la única conversación que tuvimos.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y no volví a verlo.
Años más tarde, al regresar, dí una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes.
Mi antiguo vecino, ¡ había realizado su sueño !.
Lo curioso es que era un día de viento fuerte y helado, y los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo el rigor del invierno. En tanto, en el patio del médico, prácticamente no se movían, soportando estóicamente aquel fuerte viento. Qué curioso, pensé...
Las adversidades que habían vivido siendo privados de agua, los haian beneficiado de un modo que el confort jamás lo habría conseguido.
Día a día, antes de acostarme, doy una mirada a mis hijos. Observo sus camas y veo cómo han crecido.

Normalmente rezo por ellos.
La mayoría de las veces, pido que sus vidas sean fáciles, que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo...
Es hora de cambiar mis plegarias.
Es inevitable que los vientos helados y fuertes los alcancen.
Ellos encontrarán innumerables dificultades y , por tanto, mis deseos de que no las tengan, son muy ingenuos. Siempre habrá tempestad en algún momento, queramos o no.
Contrariamente a lo que siempre he hecho, rezaré para que crezcan con raíces profundas, de forma que retiren energía de las mejores fuentes, que se encuentran en los lugares más distantes.
Pedimos siempre facilidades, y en verdad lo que necesitamos es desarrollar raíces fuertes, de modo que cuando las tormentas lleguen, y los vientos helados soplen, resistamos, sin ser subyugados o barridos.
La naturaleza nos enseña todo, si sabemos observar...


Autor: Desconocido

martes, 18 de noviembre de 2008

Charles Plumb

Charles Plumb fue piloto en la guerra de Vietnam: tras varias misiones, su avión fue derribado por un misil.
Se lanzó en paracaídas, fue capturado y pasó seis años prisionero. De regreso, daba conferencias relatando su odisea, y lo aprendido en prisión.
Un día, en un restaurante, un hombre lo saludó:
Hola, usted es Charles Plumb, fue piloto en Vietnam, y lo derribaron ¿verdad?
Sí! ¿cómo sabe eso?, preguntó Plumb.
Yo empaqué su paracaídas... funcionó bien, ¿verdad?
Plumb se ahogó de sorpresa, y con mucha gratitud, respondió.
¡Sí que funcionó! si no, hoy no estaría aquí.
Esa noche no pudo dormir, meditando cuántas veces había visto a ese hombre sin siquiera decir buenos días...
¡Claro!.. Era un humilde marinero... y él, un arrogante piloto.
Pensó en las horas del marinero enrollando los hilos de cada paracaídas, resguardando la vida de tantos desconocidos...
Ahora, Plumb comienza sus conferencias preguntando a su audiencia:
¿Quién empacó hoy tu paracaídas?...

Y a tí... ¿Quién empacó el tuyo?

lunes, 17 de noviembre de 2008

¡Cada Día!

Disponemos de 24 horas al día: en dicho período, cada uno decide qué hacer.
Hay quienes se dedican a estudiar, trabajar, entrenar, crear; en fin, son infinitas las actividades a realizar en función los objetivos perseguidos.
Lo importante es actuar coherentemente con lo que se pretende alcanzar.
En ese lapso se eligen los principios que se pondrán en práctica, que poco a poco se transformarán en hábitos.
Así comienza la formación del carácter, que construye el destino.
Todo tiene su razón de ser, nada ocurre por accidente, siempre una acción antecede a otra, y el resultado se produce por la unión de un cúmulo de acciones.
No es casualidad que este sea un día de éxito.
El tiempo es más valioso que el oro. Si cada día se fortalecen hábitos y actitudes en armonía con las reglas del éxito, no habrá límites para llegar a la cumbre.
Toda causa tiene su efecto.
Es preciso diseñar metas y en base a ellas determinar conductas que lleven al triunfo, para cultivarlas a diario.
Situaciones desagradables como enfermedad, fracaso, conflictos económicos o desamor, son sólo desafíos, que ponen a prueba lo aprendido, e instan a ser mejores.
Un nuevo amanecer es oportunidad para sembrar buena semilla, regar y cuidar la
siembra.Esta actividad se debe hacer con mucho cuidado, pues es necesario remover la maleza que pueda dañar al cultivo.
Aprender es entender y apreciar lo que siempre estuvo, pero la ignorancia impide ver.
Con tiempo, es posible familiarizarse al entorno y aprovecharlo, convirtiéndolo en nuestro principal aliado en la consecución de metas.
Es indispensable identificar urgente dónde se quiere llegar, para que toda acción se oriente hacia el objetivo. Pensamiento y deseo deben guiar el actuar.
Con dirección establecida, es imposible perderse: tarde o temprano se llega a la meta; por esto es indispensable tener claro qué se quiere hacer, para no deambular en un laberinto.
Cada amanecer nace una nueva oportunidad de conquistar el mundo, todo depende de cómo sean canalizadas las energías.
Tenacidad y persistencia siempre acompañan al triunfador. Si faltan, los sueños serán sólo ilusiones que alimentaron la mente. Si están ahí, crearán una realidad que nació en la imaginación.
El día comprende 1440 minutos, y en estos se encuentran infinidad de oportunidades; decisiones acertadas, pueden hacer de éste, el mejor día de nuestras existencias...

domingo, 16 de noviembre de 2008

Huellas


Una noche tuve un sueño...
Soñé que caminaba por la playa con Nuestro Señor, y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida.
Por cada escena que pasaba, percibí también que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas mías, y las otras del Señor.
Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás; y noté que muchas, veces en el camino, quedaba sólo un par de pisadas en la arena.
Noté también que sucedía en los momentos más difíciles de mi vida.
Esto realmente me perturbó, e inquirí: "Señor, Tú me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías conmigo a lo largo del camino; pero durante los peores momentos de mi vida, había en la arena sólo un par de pisadas.
No comprendo porqué me dejaste en las horas en que más te necesitaba".
Entonces, Él, posando en mí su
infinita mirada, contestó:
"Mi querido hijo: Yo te amo; y jamás te abandonaría en los momentos difíciles.
Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas, fue, justamente allí, que te cargaba en mis brazos".

sábado, 15 de noviembre de 2008

Sabiduría

Un profesor en filosofía tomó un frasco grande y vacío, lo llenó con pelotas de golf, y preguntó a sus estudiantes si estaba lleno.
Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.
Entonces, tomó una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco, llenando los espacios vacíos entre las pelotas de golf.
Volvió a preguntar si el frasco estaba lleno, y ellos volvieron a decir que sí.
Luego tomó arena y la vertió dentro del frasco. Por supuesto, ésta cubrió los espacios vacíos; y preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno.
Ahora los estudiantes respondieron con un "sí" unánime.
Por fin, derramó el
contenido de 2 tazas de café dentro del frasco, y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena.
Los estudiantes reían.
Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo:
Entiendan que este frasco representa la vida:
Las pelotas de golf son las cosas importantes, como Dios, la familia, los hijos, la salud, los amigos, las cosas que te apasionan; son aquellas que, aún si
perdiéramos todo, y sólo éstas quedaran, nuestras vidas estarían llenas.
Las canicas son otras cosas que importan: el trabajo, la casa, el carro, etc.
La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas.
Si ponemos la arena primero, no habrá espacio para las canicas ni para la pelotas de golf.
Lo mismo ocurre con la vida. Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en lo superfluo, nunca tendremos lugar para lo realmente importante.
Pon atención a lo que es crucial para tu felicidad. Juega con tus hijos, tómate tiempo para asistir al doctor, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua.
Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan.
Establece tus prioridades, el resto es sólo arena.
Uno de los estudiantes levantó la mano, y preguntó qué representaba el café.
El profesor sonrió y dijo: "Qué bueno que lo preguntes: Sólo es para demostrarles que no importa cuán ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un amigo."

viernes, 14 de noviembre de 2008

Pensar en Positivo

En Turquía y otros países de Oriente Medio, creen que si esperan lo positivo, lo contrario sucederá, por lo que es costumbre analizar lo negativo primero; contrariamente a las creencias Zen, que dicen que recibes aquello que esperas.
En la Biblia, temor es opuesto a fe, por lo cual repite -365 veces- "NO TENGAN MIEDO".

No seas una persona tan negativa, que un día te desmayes y al recobrar el conocimiento digan que en lugar de volver en sí, volviste en no...
A nadie gusta estar cerca de quienes se quejan por todo...
Según estudios, las personas positivas son más felices y sanas que las personas negativas. Hay teorías de que las personas negativas tendrían un gen que las hace más susceptibles a la depresión y otros condicionamientos mentales. Poco importa si se tiene este gen, o no. Para ser positivo sólo hay que determinarlo, y convertirlo en hábito.
Habla en positivo.
Evita contar tus problemas. Haz sentir importante a tu interlocutor.
Sonríe, aunque no lo sientas. La sonrisa distensiona y ayuda a sentirnos bien. Después de unas pocas, ya no tendrás necesidad de fingirlas, pues te saldrán del corazón...


jueves, 13 de noviembre de 2008

Esperanza

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla.
Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, que parecía nunca llegar.
Cansado, finalmente construyó una cabaña, para protegerse y resguardar sus pocas pertenencias.
Un día, tras deambular por la isla procurando alimentos, regresó, y encontró su cabañita envuelta en llamas.
Lo había perdido todo.
Quedó invadido de tristeza y bronca.
¡Dios, ¿cómo pudiste hacerme esto?! lamentó.
Al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla.¡Habían venido a rescatarlo!
_¿Cómo supieron que estaba aquí?, preguntó el náufrago a sus salvadores...
_"Vimos la señal", contestaron ellos.

...Es común desanimarse cuando las cosas marchan mal, pero debemos confiar en que Dios trabaja en nuestras vidas aún en medio de dolor y sufrimiento.
Recuerda, si tu cabaña se vuelve humo, puede ser la señal por la cual te encuentren la ayuda y gracia de Dios.


miércoles, 12 de noviembre de 2008

No Cambies


Durante años fui un neurótico.
Era un ser angustiado, deprimido y egoísta.
Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara.
Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo, por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba.
Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él.
De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte».
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero...».
Entonces me tranquilicé.
Y me sentí vivo.
Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.
Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
¿Es así como Tú me quieres, Dios mío?


Anthony de Mello

martes, 11 de noviembre de 2008

Soneto


Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado



Francisco Luis Bernardez

lunes, 10 de noviembre de 2008

Miedos...


Las principales religiones han hecho incapié, a lo largo de la historia, en la importancia de vencer los miedos -en particular, la biblia contiene 365 veces la expresión "no tengan miedo"- dado que siempre han sido reconocidos éstos, como principal fuente de auto-parálisis, no sólo motriz, sino, sobre todo, intelectual...

"Nuestro más profundo miedo no es el de ser inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.
Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?
Pero la pregunta a formular es: ¿Quién soy para NO serlo?
La pequeñez no le sirve al mundo.
No hay nada iluminado en disminuirse para que otra gente no sienta inseguridad a tu alrededor.
Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en tu interior. Esta gloria no está solamente en algunos de nosotros: está en CADA uno.
Y cuando dejamos que nuestra luz brille, además damos permiso a los demás para hacer lo mismo.
Al liberarnos de nuestros miedos, liberamos a otros.
"

Nelson Mandela

Sólo una cosa en el mundo es capaz de vencer a todos los miedos: AMOR
Estemos mejor en este día brindándolo a todos, sin importarnos qué piensen de nosotros... ¡manifestemos la gloria divina que portamos!

domingo, 9 de noviembre de 2008

Simple Oración


Señor:

Haz de mí un instrumento de Tu Paz:
Que allí donde haya odio, lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, lleve yo el Perdón.

Donde haya discordia, lleve yo la Unión.

Donde haya duda, lleve yo la Fe.

Donde haya error, lleve yo la Verdad.

Donde haya desesperación, lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, lleve yo la Luz.

Oh, Divino Maestro:

Que yo no busque tanto
Ser consolado, como consolar;

Ser comprendido, como comprender;
Ser amado, como amar.

Porque es:
Dando, como se recibe;
Perdonando, como se es perdonado;
Y muriendo, como nacemos a la
Vida Eterna.


SAN FRANCISCO DE ASÍS

sábado, 8 de noviembre de 2008

Jamás Culpes a Nadie...



Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tú siempre has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro será tu presente.
Aprende del audaz, del fuerte, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo: piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo; y tus problemas, sin eliminarlos, morirán.
Aprende a nacer desde el dolor, y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo, y serás libre y fuerte, y dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tú mismo eres tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas, y respira la luz de amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de la vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

viernes, 7 de noviembre de 2008

¿Qué Eres Tú?

Una joven hablaba con su padre y se quejaba acerca de su vida, de lo difícil que era para ella alcanzar metas.
"No sé que hacer, papá: en ocasiones creo que voy a desfallecer, me dan deseos de renunciar a todo, hasta a la propia vida.
Me siento cansada de luchar.
Cuando un problema se resuelve, otro nuevo surge."
Su padre, que trabajaba como cocinero, la llevó a la cocina.
Llenó tres cazuelas pequeñas con agua y las puso a calentar al fuego.
Cuando el agua comenzó a hervir, el hombre colocó dentro de la primera zanahorias, dentro de la segunda huevos y dentro de la tercera granos de café.
Los ingredientes quedaron así cocinándose por varios minutos mientras que la impaciente hija se preguntaba el significado de todo aquello. Al cabo de veinte minutos el padre apagó las hornillas. Sacó la zanahoria de la cazuela y la colocó en un plato e hizo lo mismo con el huevo.
Finalmente tomó una taza y sirvió el café en la misma.

-Hija: ¿que ves? - preguntó el padre.
- Veo zanahorias, huevos y café. - respondió ella.
Tomando a su hija de la mano le pidió que tocara la zanahoria...
Al hacerlo notó que la zanahoria estaba blanda y suave.
Le pidió entonces que tomara un huevo y lo rompiera. Al quitarle la cáscara al huevo, encontró el interior del mismo endurecido.
Finalmente, le pidió que probara el café.
Así lo hizo, deleitándose en su rico aroma.
-¿Qué me quieres decir con esto, papá? – preguntó la hija.
El padre explicó que cada uno de aquellos ingredientes se había enfrentado a la misma adversidad: el agua caliente.
Sin embargo cada uno de ellos reaccionó en una forma distinta:


La zanahoria fue al agua dura y fuerte, pero después de unos minutos se puso blanda y débil.
El huevo fue al agua con fragilidad, su interior líquido estaba protegido por una débil cáscara; pero después de haber experimentado el agua caliente su interior se endureció.
Sin embargo los granos de café fueron distintos.
Después de estar en el agua caliente, los granos transformaron el agua.
-¿Cuál de estos eres tú? - preguntó el padre a su hija.
Cuando la adversidad golpea a tu puerta, ¿cómo respondes?
¿Eres tu una zanahoria, un huevo o un grano de café?
¿Eres tú la zanahoria que por fuera aparenta dureza y fortaleza pero con el fuego de la prueba se ablanda y pierde su fortaleza de carácter?
¿O tal vez el huevo, que al comienzo es suave en su interior; pero el fuego de una ruptura, una enfermedad, un accidente o una muerte lo ponen duro?
¿Por fuera luces igual, pero por dentro has endurecido y ahora tienes un corazón amargado?
¿O serás tu como el grano de café?

¡El grano de café al entrar el hervor transformó al agua!
Para que el café suelte todo su sabor el agua tiene que calentarse a 212 grados Fahrenheit; o sea que mientras más caliente, más sabor le da al agua.

Si tú eres como el grano de café, mientras peor se pongan las cosas, más transformas lo que está a tu alrededor...
Y tú, ¿qué?
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?
¿Cómo manejas la adversidad?

Debemos esforzarnos para lograr ser como
los granos de café, que no sólo dan color
y aroma, sino que saborizan todo nuestro
paladar, y aún estimulan nuestro cuerpo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Dios Siempre Nos Dá lo Mejor...


Hace mucho tiempo, en un reino distante, vivía un rey que no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía:

- “¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto!¡El nunca se equivoca! “

Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha.

El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a éste:

-”Y ahora, ¿qué me dices?¿Dios es bueno?

Si Dios fuese bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo.“

El siervo respondió:

-”Rey mío, a pesar de todas esas cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás, perder un dedo, sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡El nunca se equivoca! “

El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuese preso a la celda más oscura y más fétida del calabozo.

Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente para cazar, y fue atacado, esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses.

Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, observó furioso:

-”¡Este hombre no puede ser sacrificado, pues es defectuoso!…¡Le falta un dedo!”

Luego, el rey fue liberado.

Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó afectuosamente diciendo:

- “¡Querido amigo, Dios fue realmente bueno conmigo! Tú debes haberte enterado que escapé justamente porque no tenía uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieses preso tú, que tanto lo defendiste?“

El siervo sonrió, y dijo: …

-”Rey mío, si yo hubiera estado junto con usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ¡ya que no me falta ningún dedo! Por lo tanto, acuérdese siempre: Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡El nunca se equivoca! ”

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Bambú Japonés


Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece
¡más de 30metros!

¿Tardó sólo seis semanas crecer?

No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos, recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, está sucediendo algo dentro nuestro: ¡estamos creciendo, madurando!

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación.
Si aún no consigues lo que anhelas, no desesperes...
quizá sólo estés echando raíces....

martes, 4 de noviembre de 2008

Excelencia

“Los mediocres lo aceptan todo, menos salir de su mediocridad” Miguel Ángel Cornejo

El éxito consiste en:
Reír con frecuencia y mucho.
Merecer el respeto de personas inteligentes
y el afecto de los niños;
ganar el reconocimiento
de los críticos honestos
y soportar la traición de los falsos amigos;
gozar la belleza;
descubrir lo positivo de lo demás;
hacer un poco mejor al mundo,
dejando detrás de ti a un hijo bueno
o un jardín cultivado,
o bien porque ayudaste a un pobre;
saber que no viviste en vano
y que gracias a ti
una persona pudo respirar
con más tranquilidad.
Esto es haber triunfado.

Bessie Anderson

“Todos los seres humanos hemos recibido la misma opción para realizarnos.
La gran diferencia la marcan aquellos pocos que se han decidido a emplearse a fondo para lograr lo que desean.”

lunes, 3 de noviembre de 2008

Sueños

... Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar...
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar,
descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.,
Me dejó de importar quién ganara o perdiera;
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento,
"el amor es una filosofía de vida".
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.

(Walt Disney)

domingo, 2 de noviembre de 2008

Antigua Fábula China

Se cuenta que allá por el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, antes debía casarse. Sabiendo esto, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:

- “¿Hija mía, que vas a hacer allá? Las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura”.

La hija respondió:

- “No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz”

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:

- “Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China”.

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.

Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.

Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.

Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada.

Entonces, con calma el príncipe explicó: “Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad.

Todas las semillas que entregué eran estériles”.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Temple de Acero

Cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios.
Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida, muy por el contrario sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.
Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su difícil situación, le comentó:

- “Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado.”

El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo:

“En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada. Luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente.”

El herrero hizo una larga pausa, y siguió:

- “A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería.”

Tras otra pausa, el herrero terminó:

- “Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es: Dios mío, no desistas hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras, pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas.”