Disponemos de 24 horas al día: en dicho período, cada uno decide qué hacer.
Hay quienes se dedican a estudiar, trabajar, entrenar, crear; en fin, son infinitas las actividades a realizar en función los objetivos perseguidos.
Lo importante es actuar coherentemente con lo que se pretende alcanzar.
En ese lapso se eligen los principios que se pondrán en práctica, que poco a poco se transformarán en hábitos.
Así comienza la formación del carácter, que construye el destino.
Todo tiene su razón de ser, nada ocurre por accidente, siempre una acción antecede a otra, y el resultado se produce por la unión de un cúmulo de acciones.
No es casualidad que este sea un día de éxito.
El tiempo es más valioso que el oro. Si cada día se fortalecen hábitos y actitudes en armonía con las reglas del éxito, no habrá límites para llegar a la cumbre.
Toda causa tiene su efecto.
Es preciso diseñar metas y en base a ellas determinar conductas que lleven al triunfo, para cultivarlas a diario.
Situaciones desagradables como enfermedad, fracaso, conflictos económicos o desamor, son sólo desafíos, que ponen a prueba lo aprendido, e instan a ser mejores.
Un nuevo amanecer es oportunidad para sembrar buena semilla, regar y cuidar la
siembra.Esta actividad se debe hacer con mucho cuidado, pues es necesario remover la maleza que pueda dañar al cultivo.
Aprender es entender y apreciar lo que siempre estuvo, pero la ignorancia impide ver.
Con tiempo, es posible familiarizarse al entorno y aprovecharlo, convirtiéndolo en nuestro principal aliado en la consecución de metas.
Es indispensable identificar urgente dónde se quiere llegar, para que toda acción se oriente hacia el objetivo. Pensamiento y deseo deben guiar el actuar.
Con dirección establecida, es imposible perderse: tarde o temprano se llega a la meta; por esto es indispensable tener claro qué se quiere hacer, para no deambular en un laberinto.
Cada amanecer nace una nueva oportunidad de conquistar el mundo, todo depende de cómo sean canalizadas las energías.
Tenacidad y persistencia siempre acompañan al triunfador. Si faltan, los sueños serán sólo ilusiones que alimentaron la mente. Si están ahí, crearán una realidad que nació en la imaginación.
El día comprende 1440 minutos, y en estos se encuentran infinidad de oportunidades; decisiones acertadas, pueden hacer de éste, el mejor día de nuestras existencias...
Hay quienes se dedican a estudiar, trabajar, entrenar, crear; en fin, son infinitas las actividades a realizar en función los objetivos perseguidos.
Lo importante es actuar coherentemente con lo que se pretende alcanzar.
En ese lapso se eligen los principios que se pondrán en práctica, que poco a poco se transformarán en hábitos.
Así comienza la formación del carácter, que construye el destino.
Todo tiene su razón de ser, nada ocurre por accidente, siempre una acción antecede a otra, y el resultado se produce por la unión de un cúmulo de acciones.
No es casualidad que este sea un día de éxito.
El tiempo es más valioso que el oro. Si cada día se fortalecen hábitos y actitudes en armonía con las reglas del éxito, no habrá límites para llegar a la cumbre.
Toda causa tiene su efecto.
Es preciso diseñar metas y en base a ellas determinar conductas que lleven al triunfo, para cultivarlas a diario.
Situaciones desagradables como enfermedad, fracaso, conflictos económicos o desamor, son sólo desafíos, que ponen a prueba lo aprendido, e instan a ser mejores.
Un nuevo amanecer es oportunidad para sembrar buena semilla, regar y cuidar la
siembra.Esta actividad se debe hacer con mucho cuidado, pues es necesario remover la maleza que pueda dañar al cultivo.
Aprender es entender y apreciar lo que siempre estuvo, pero la ignorancia impide ver.
Con tiempo, es posible familiarizarse al entorno y aprovecharlo, convirtiéndolo en nuestro principal aliado en la consecución de metas.
Es indispensable identificar urgente dónde se quiere llegar, para que toda acción se oriente hacia el objetivo. Pensamiento y deseo deben guiar el actuar.
Con dirección establecida, es imposible perderse: tarde o temprano se llega a la meta; por esto es indispensable tener claro qué se quiere hacer, para no deambular en un laberinto.
Cada amanecer nace una nueva oportunidad de conquistar el mundo, todo depende de cómo sean canalizadas las energías.
Tenacidad y persistencia siempre acompañan al triunfador. Si faltan, los sueños serán sólo ilusiones que alimentaron la mente. Si están ahí, crearán una realidad que nació en la imaginación.
El día comprende 1440 minutos, y en estos se encuentran infinidad de oportunidades; decisiones acertadas, pueden hacer de éste, el mejor día de nuestras existencias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario