lunes, 25 de mayo de 2009

Sed

Cierta una vez un hombre viajaba por el océano, y su barco se hundió; y quedó a la deriva por varios días antes de que milagrosamente fuera encontrado por un bote pesquero.
Al recuperarse de su pésima condición, contó el peor error que había cometido:
Al sentir una sed desesperante, bebió agua salada; y por la sal contenida en la misma, lejos de saciarse, sentía más sed e introducía sal y arena a su cuerpo, que lo deshidrataba más y más.
...Muchas veces cuando sentimos sed de amor, cariño, comprensión, verdad o atención, la buscamos en cosas que, lejos de saciarnos, nos dejan peor que antes.
Así, el solitario se refugia en otro más solitario; el falto de amor lo busca en los placeres y la vida desenfrenada; el incomprendido se refugia en vicios y mal carácter para llamar la atención.

Arturo Quirós

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